Los diputados franceses rechazaron el martes un proyecto de presupuestos del gobierno, ampliamente enmendado por la oposición con nuevos impuestos, en un momento en que el endeudado país se encuentra bajo presión para sanear sus cuentas.
El gobierno en minoría del primer ministro Michel Barnier, conservador, presentó hace algo más de un mes sus presupuestos para 2025, con los que la segunda economía de la Unión Europea busca reducir el déficit en 60.000 millones de euros (65.640 millones de dólares).
La deuda pública representaba a finales de junio el 112% del Producto Interno Bruto (PIB) y el gobierno espera que el déficit se sitúe por debajo del límite del 3% previsto en las reglas europeas en 2027, tras reducirlo al 6,1% este año y al 5% en 2025.
El proyecto inicial de presupuestos preveía una reducción de gasto público en 40.000 millones de euros (43.750 millones de dólares) y un aumento de impuestos a grandes fortunas y grandes empresas por 20.000 millones de euros.
Sin embargo, durante las semanas de debate los legisladores transformaron este plan. La alianza de izquierdas Nuevo Frente Popular (NFP) rechazó los recortes de gastos y añadió decenas de nuevos impuestos.
El enmendado proyecto fue rechazado por 362 votos contra 192 este martes en la Asamblea Nacional, la Cámara Baja del Parlamento. Tras este fracaso, el texto continuará su periplo legislativo en el Senado, antes de que las dos cámaras se reúnan para buscar un compromiso.
El martes, "los macronistas [los diputados afines al presidente Emmanuel Macron] y la extrema derecha rechazaron los presupuestos para una mayor justicia social y medioambiental que el NFP logró construir", escribió en X la líder de Francia Insumisa (LFI, izquierda radical), Mathilde Panot.