El Gobierno de Alemania enfrenta una crisis política de gran magnitud tras el despido del ministro de Finanzas, Christian Lindner, por el canciller Scholz. En su lugar, Scholz designó a Jörg Kukies —asesor económico y experto en finanzas— para asumir el cargo. Esta decisión marcó el fin de la coalición de gobierno que integraba al SPD, los Verdes y el FDP, lo que ha llevado al país a un periodo de incertidumbre y posibles elecciones anticipadas.
Olaf Scholz justificó el despido acusando a Lindner de actuar con “egoísmo” y enfocarse en los intereses de su propio partido. Este conflicto ocurre en un contexto delicado, con crisis en el sector industrial y la reciente victoria de Donald Trump en Estados Unidos, que inquieta a Europa por sus repercusiones comerciales y de seguridad.
Tras un desgaste constante, prácticamente desde que se forjó y golpeada por los cada vez peores resultados electorales para los partidos que la forman, la coalición de gobierno alemana se rompió definitivamente. Foto: EF
La destitución de Christian Lindner, líder del FDP, responde a fuertes discrepancias en la política fiscal y económica de Alemania. Scholz señaló que a Lindner “le preocupa su propia clientela, le preocupa la supervivencia a corto plazo de su propio partido”. Además, destacó que el ministro de Finanzas mostró una actitud “totalmente incomprensible” en un contexto que requiere cohesión tras eventos globales como las elecciones en Estados Unidos.
Las fricciones entre el SPD, los Verdes y el FDP venían escalando debido a sus enfoques opuestos sobre temas fiscales. Lindner promovía una política de control presupuestario, oponiéndose a cualquier endeudamiento adicional, mientras que Scholz y los Verdes defendían el uso de fondos públicos para enfrentar la crisis energética y social.
El colapso de la coalición ha dejado al SPD y a los Verdes en un Gobierno de minoría, y Scholz buscará un voto de confianza en el Parlamento en enero. No obstante, la oposición, liderada por Friedrich Merz de la CDU, exige que este voto se realice de inmediato. En caso de perderlo, se podrían convocar elecciones anticipadas a inicios de 2025, una situación que genera preocupación debido a la prolongada inestabilidad política y económica que podría afectar tanto a Alemania como a la Unión Europea.
La coalición enfrentaba fricciones profundas debido a las posturas divergentes en temas económicos. Los socialdemócratas, apoyados por los Verdes, defienden un enfoque de gasto público para revitalizar la economía; mientras que el FDP de Lindner favorece la disciplina fiscal. Con el nombramiento de Kukies y la salida de la mayoría de los liberales —salvo el ministro de Transporte, Volker Wissing, que se mantendrá en el gabinete—, Scholz espera estabilizar temporalmente el Gobierno, aunque el futuro de Alemania permanece incierto.