La familia del teniente William Calley Jr., el oficial del ejército estadounidense que encabezó la peor matanza de civiles indefensos durante la guerra de Vietnam, ni siquiera se molestó en informar que había muerto en un asilo para ancianos, a los 80 años, el pasado domingo 28 de abril.
Fue el periódico The Washington Post el que dio la noticia, el lunes 29 de julio. Sin embargo, no fueron los reporteros de este diario los que descubrieron el fallecimiento de “Rusty”, como lo apodaban sus compañeros durante su servicio en Vietnam del Sur, combatiendo a los guerrilleros comunistas del “vietcong”. El Post se enteró por Zachary Woodward, un graduado de la facultad de leyes de la Universidad de Harvard, quien encontró el certificado de defunción de Calley cuando revisaba unos archivos públicos. Woodward sabía quien era William Calley Jr., señalado por una corte militar como el responsable de la matanza de My Lai 4, como era conocida la aldea de campesinos, o “Pinkville”, según el código asignado por los militares norteamericanos, que quiere decir que es un escondite de los “vietcong”.
Calley dirigió la operación de búsqueda y destrucción que ejecutó por órdenes superiores el sábado 16 de marzo de 1968 en My Lai 4, dejando un saldo de 347 personas fallecidas, según los militares norteamericanos. Sin embargo, las autoridades vietnamitas reconocen que las víctimas fueron 504, a las que identifica con nombres y apellidos.
Un fotógrafo del ejército de EEUU registró la matanza de My Lai 4, en la que la mayoría de víctimas fueron niños y bebés. Crédito: My Lai Memorial Exhibit.
Pocos meses antes de la matanza, en enero, los “vietcong”, con el apoyo de Vietnam del Norte, desplegaron la llamada “Ofensiva Tet”, ocasionando numerosas bajas a los estadounidenses y a sus aliados survietnamitas. Supuestamente Calley recibió la información de que My Lai 4 estaba infestado de guerrilleros comunistas que habían participado en la “Ofensiva Tet”, por lo que era imperioso arrasar con el lugar para darle una victoria a los norteamericanos que estaban con la moral baja. Y así fue. Oficialmente se informó del exitoso operativo y se mencionó centenares de bajas de guerrilleros “vietcong”. Era una burda mentira.
En realidad, los soldados de Calley y él mismo asesinaron, entre otros, a 173 niños, 182 mujeres, 17 embarazadas, 56 bebés y 60 adultos, según las autoridades vietnamitas. Por eso, desde el primer momento el ejército estadounidense encubrió el asesinato masivo de inocentes. Sabían que si el pueblo norteamericano se enteraba de lo sucedido, la presión para el retorno de las tropas en Vietnam sería insostenible y perderían la guerra. Y así fue.
El secreto de los homicidios de My Lay 4 duró solo 20 meses. El jueves 13 de noviembre de 1969, varios periódicos estadounidenses publicaron la siguiente noticia: “Un teniente es acusado del asesinato de 109 civiles”.
Hasta ese momento se desconocía la matanza y la identidad del principal acusado. Pero fue el reportero de investigación Seymour Hersh quien descubrió la trama militar de ocultamiento, y llegó a ubicar y entrevistar a William Calley Jr. El primer párrafo de su reportaje, dice así:
“El teniente William L. Calley Jr., de 26 años, es un veterano de la guerra de Vietnam de aspecto apacible y juvenil a quien apodan “Rusty”. El ejército lo investiga por acusaciones de haber asesinado deliberadamente al menos a 109 civiles vietnamitas en una operación de búsqueda y destrucción, en marzo de 1968, en un bastión del Vietcong conocido como ‘Pinkville’”.
El reportero Seymour Hersh fue quien reveló la matanza de My Lai que ocultó el ejército estadounidense. Crédito: My Lai Memorial Exhibit.
El alto mando pretendía someter a un juicio militar secreto a Calley para que no se conociera lo sucedido en My Lai 4, por eso el periodista Hershey colisionó con la negativa de los militares de ofrecer información. En esa época, Hershey era un reportero independiente, y ofreció el reportaje a importantes periódicos y revistas de la época. Pero estos no aceptaron publicarlo. No querían dañar la moral del ejército en pleno conflicto. Así que Hersh recurrió a una pequeña agencia de noticias (Dispatch News Service), que logró que más de una treintena de diarios de todo el país difundiera la extraordinaria historia del espantoso crimen múltiple, el más grande de todo el conflicto de Vietnam (1955-1975).
En 1971, un tribunal militar sentenció a cadena perpetua a Calley por la muerte de 22 personas, pero no pasó mucho tiempo en la prisión. Solo 72 horas después de dictada la condena, el presidente Richard Nixon dispuso que cumpliera arresto domiciliario. Tres años después Nixon le conmutó la pena, pretendiendo ganarse la simpatía de los ciudadanos que estaban a favor de la guerra. Pero el caso Watergate obligó al presidente a renunciar al cargo. Los vietnamitas terminaron por vencer en 1975.
Durante todo el proceso judicial William Calley argumentó que solo se había limitado a cumplir las órdenes de su inmediato superior, el capitán Ernest Medina. Sin embargo, el tribunal militar absolvió a Medina, dejando a Calley como el único efectivo procesado por la matanza de My Lai 4. Pero también era una forma de desvincular de responsabilidad al alto mando del ejército estadounidense.
En 1970, el acusado publicó: Teniente Calley: su historia contada a John Sack. En el libro, el oficial relató su versión de los hechos:
“El miedo: casi todo el mundo tenía miedo. Y todos buscaron destruir el origen de ese miedo. Todos se dirigieron a My Lai 4 disparando sus fusiles. Fue algo muy rápido. Los soldados dispararon a la gente rápidamente. O les lanzaban todas sus granadas. O les incrustaban sus bayonetas. Los apuñalaban y los lanzaban a un lado. Los soldados decían: “Anoté uno”, “Oye, tengo otro”, “¿Viste morir a ese cabrón?” No , no lo escuché. A quien escuché fue (al capitán) Medina diciéndome: “Sigue”. Y yo dije: “¡Sigue! ¡Sigue! ¡Sigue...!”.
“Dios”, dice la gente. “Pero se trataba de ancianos, mujeres y niños”. Yo te digo: no lo vi. Tenía esta misión y estaba decidido a cumplirla. Lo que yo vi fueron enemigos. Por supuesto, estaba en Vietnam del Sur. Sabía que había ancianos, mujeres y niños en Vietnam del Sur. Era sentido común. Claro, pero en combate hay muy poco sentido común”.
El reportero Seymour Hersh tuvo que publicar una nueva entrega de su investigación sobre My Lai 4 porque comenzaron a surgir dudas de la espantosa matanza. Llegaron a acusarlo de hacerle el juego a los comunistas que estaban matando a sus compatriotas en Vietnam. El 25 de noviembre de 1969, reportó con el siguiente título: “Exsoldados confirman el asesinato de civiles en Pinkville (May Lai 4)”. Hershey consiguió testimonios de otros militares que lo confirmaron todo.
“Un ex soldado contó ayer en varias entrevistas cómo ejecutó, siguiendo órdenes superiores, a docenas de civiles de Vietnam del Sur durante el ataque del ejército de los Estados Unidos a la aldea de Song My (My Lai 4) en marzo de 1968. Calculó que él y sus compañeros dispararon a 370 aldeanos durante la operación en lo que se ha dado en llamar Pinkville”.
Cuando The Washington Post llamó al hijo de Calley para que confirmara la muerte de su padre, nunca respondió. Quizás porque prefiere que nunca más se hable del tema. Pero la matanza de My Lai 4 nunca se olvidará.