Ucrania, este lunes 3 comunicó que había logrado impactar con éxito un sistema de misiles ruso S-300 en territorio ruso, utilizando armamento suministrado por países occidentales.
El Ejército ucraniano ha informado que destruyó parcialmente un sistema antiaéreo desplegado en el óblast ruso de Belgorod. Según el Instituto para el Estudio de la Guerra, para llevar a cabo esta operación se habrían utilizado armas HIMARS, de fabricación estadounidense.
Guerra entre Rusia y Ucrania. Foto: The New York Times
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Ucrania presuntamente utilizó el Sistema de Cohetes de Artillería de Alta Movilidad (HIMARS) para atacar por primera vez objetivos militares ubicados dentro de Rusia. Este evento tiene lugar pocos días después de que el presidente de Estados Unidos, Joe Biden, autorizara a Ucrania a realizar ataques limitados con armas estadounidenses en territorio ruso alrededor de Járkiv. Esta decisión siguió a la eliminación de restricciones por parte de varias naciones europeas sobre el uso de sus armas.
No se sabe si las armas empleadas en el ataque mencionado por Vereshchuk fueron proporcionadas por Estados Unidos.
Tropas cargando el Sistema de Misiles Tácticos del Ejército (ATACMS) en un Sistema de Cohetes de Artillería de Alta Movilidad (HIMARS) en Queensland, Australia. Foto: France 24
"Arde. Es un S-300 ruso. En territorio ruso. Los primeros días después del permiso para usar armas occidentales en territorio enemigo", publicó en Facebook la ministra del Gobierno de Ucrania, Iryna Vereshchuk. La publicación incluyó una imagen que supuestamente muestra el ataque.
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Durante meses, Ucrania solicitó a Washington la autorización para atacar objetivos en territorio ruso con armamento estadounidense. Mientras tanto, Moscú llevaba a cabo un brutal asalto aéreo y terrestre sobre Járkiv, confiando en que sus tropas podrían retirarse a territorio ruso para reagruparse y que sus depósitos de armas estarían a salvo de ataques con armas occidentales.
El permiso otorgado por Estados Unidos fue tanto innovador como audaz, aunque tentativo y altamente condicional. Ucrania únicamente puede atacar objetivos en las cercanías de Járkiv, y Estados Unidos se mantiene firme en no permitir que Ucrania utilice la munición más poderosa que se le ha proporcionado para atacar a Rusia: los misiles de largo alcance ATACMS, capaces de alcanzar objetivos a 300 kilómetros (casi 200 millas) de distancia.
En su lugar, Ucrania solo puede emplear misiles de menor alcance, conocidos como GMLRS, los cuales tienen un alcance de aproximadamente 70 kilómetros (unas 40 millas).
Ucrania ha realizado frecuentes ataques en Crimea, territorio anexado por Rusia en 2014, utilizando misiles "Storm Shadow" suministrados por el Reino Unido.
A finales de 2022, Ucrania también llevó a cabo ataques en Járkiv y Jersón mientras intentaba liberar las regiones ocupadas por Rusia en las primeras semanas del conflicto. Durante ese periodo, el presidente ruso, Vladimir Putin, y otros funcionarios del país emitieron amenazas nucleares con el objetivo de disuadir el apoyo occidental. Antes de que Biden autorizara el respaldo a Kyiv, Putin advirtió que la decisión podría tener "graves consecuencias", especialmente para los "países pequeños y densamente poblados".
Asimismo, se sabe que el presidente de Ucrania, Volodymyr Zelensky, ha elogiado la decisión de Biden de permitir ciertos ataques en territorio ruso, calificándola como un "paso adelante" que ayudará a las fuerzas ucranianas a defender la asediada región de Járkiv.