La minería ilegal es un problema creciente en Sudamérica, donde la extracción y exportación de oro sin regulaciones adecuadas afecta tanto a la economía como al medio ambiente. El incremento en la demanda de oro y la debilidad institucional en la región facilitaron la proliferación de esta actividad ilegal, que resultó en la devastación de vastas áreas naturales y la pérdida de ingresos fiscales.
En particular, la extracción ilegal de oro en el país de Sudamérica —principal exportador en la región— encontró mercados lucrativos de manera principal en naciones como India y Emiratos Árabes Unidos, según la investigación realizada por Ojo Público. Estos mercados emergieron como principales destinos del oro extraído de manera informal, exacerbando los desafíos de gobernanza y sostenibilidad en la región.
Según un informe de una organización sin fines de lucro, la nación sudamericana exporta el 44% del oro ilegal de la región, lo que se traduce en miles de millones de dólares en comercio ilícito. Cabe indicar que si bien Estados Unidos y Suiza habían sido los principales importadores de oro en este país sudamericano, el reciente informe determinó que esta situación cambió.
La minería ilegal en Sudamérica tiene graves implicaciones ambientales y sociales. Foto: Concepto.
Perú lidera la exportación de oro ilegal en Sudamérica y supera a otros países como Colombia y Bolivia. Las cifras del Instituto Peruano de Economía (IPE) indican que la exportación ilícita del oro registró US$4.833 millones en 2023. Este incremento se debe a varios factores, entre ellos el alza en el precio del oro por gramo, el cual se multiplicó en siete veces desde 2000, y la demanda creciente de mercados internacionales.
La exportación de oro ilegal le permite a Perú superar a las exportaciones de oro legales hechas por Brasil, Bolivia, Colombia, Ecuador y Venezuela en conjunto. Gráfico: Ojo Público.
El criminólogo suizo Mark Pieth, en su libro 'Lavado de oro', detalla cómo el oro ilegal de Perú llega a refinerías en Suiza, responsable del 70% del refinado mundial de oro. La minería ilegal en Perú tiene graves implicaciones ambientales y sociales, especialmente en regiones como Madre de Dios, donde la deforestación y la contaminación por mercurio son problemas críticos.
Desde 2021, Perú tuvo 13 ministros del Interior, lo que dificultó la implementación de políticas continuas y efectivas contra la minería ilegal. La falta de coordinación internacional también permitió que el oro ilegal fluya libremente a través de las fronteras, con países vecinos como Bolivia, lo que facilita el contrabando de insumos químicos necesarios para la extracción de oro.
La nación sudamericana exporta el 44% del oro ilegal de la región. Gráfico: Ojo Público.
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Bajo este contexto, la exportación de oro ilegal le permite a Perú superar a las exportaciones de oro legales hechas por Brasil, Bolivia, Colombia, Ecuador y Venezuela en conjunto. De acuerdo al informe, una porción cada vez menor del oro exportado se destina a Estados Unidos y Suiza, dirigiéndose en mayor proporción a India y Emiratos Árabes Unidos.
El país encontró mercados lucrativos de manera principal en naciones como India y Emiratos Árabes Unidos. Foto: El Universo.
India y Emiratos Árabes Unidos se convirtieron en los principales destinos del oro ilegal peruano. Según investigaciones de Ojo Público, muchas empresas en estos países compran oro de proveedores peruanos vinculados a la minería ilegal y el lavado de activos. Este oro es extraído de manera ilegal en la Amazonía peruana, transportado a Lima y luego exportado con documentación falsificada.
En el caso de India, empresas como Kundan Care Products Ltd. y Kundan Refinery Private Ltd. vienen siendo señaladas por recibir oro por parte de proveedores vinculados a la minería ilegal, además de lavado de activos. Por el lado de Emiratos Árabes Unidos, este tipo de exportaciones se han incrementado desde el 2014.
La minería ilegal continúa creciendo gracias al contrabando de insumos químicos, lo que subraya la necesidad de una alta coordinación entre países vecinos para combatir esta actividad. Hace una década, Perú implementó controles más estrictos sobre insumos químicos restringidos, esenciales para la minería ilegal, como el mercurio. Sin embargo, la débil regulación en Bolivia sobre la comercialización de estos productos permitió que el contrabando desde ese país aumentara, complicando los esfuerzos peruanos para controlar la situación.
El alza en los precios de los minerales a nivel internacional podría desencadenar un nuevo ciclo de inversiones en el sector minero, generando más empleo, crecimiento económico, ingresos fiscales y reducción de la pobreza. No obstante, este mismo fenómeno también podría incentivar un aumento en la actividad minera ilegal. Sin un liderazgo claro y una estrategia intersectorial y transfronteriza, con indicadores concretos para combatir la minería ilegal, los daños que esta causa a la sociedad continuarán expandiéndose.