Los socialistas del presidente del Gobierno español, Pedro Sánchez, consiguieron una importante victoria en las elecciones regionales de Cataluña, donde el bloque independentista perdió su mayoría, seis años y medio después del intento fallido de secesión de 2017.
La candidatura encabezada por Salvador Illa, exministro de Sanidad durante la pandemia de Covid-19, logró 42 escaños de los 135 del Parlamento de esta región del noreste español, 9 más que en los comicios anteriores, en 2021.
“Desde hoy se abre una nueva etapa en Catalunya”, celebró Sánchez en un mensaje en su cuenta de X, en la que felicitó a Illa por su “histórico resultado”.
Poco antes, frente a los militantes que lo aclamaban en la sede socialista en Barcelona, Illa le había agradecido sus “políticas” y “liderazgo” como un factor clave para el triunfo.
Los resultados en esta importante región de ocho millones de habitantes, y uno de los motores económicos del país, son una gran noticia para Sánchez, que pretendía demostrar que su política a favor del “reencuentro” era efectiva y conseguía restarle fulgor al separatismo.
Esta estrategia, por la que apostó desde su llegada a la presidencia del Gobierno español en 2018, lo llevó a aprobar medidas como los indultos a los dirigentes separatistas condenados a prisión o a impulsar recientemente una controvertida ley de amnistía para los independentistas a cambio del apoyo de los partidos catalanes para conseguir su nuevo mandato en noviembre. La victoria en Cataluña supone también un impulso para relanzar una legislatura que a Sánchez se le había complicado con la reciente apertura de una investigación judicial contra su esposa, tras la que llegó a plantearse dimitir hace dos semanas.