Un hombre buscaba diversión en el club nocturno Pentagon Grand, en Australia. Para ello, organizó una costosa fiesta de siete horas. Según el medio local Gold Coast Bulletin, el australiano gastó alrededor de US$4.000 con la tarjeta de crédito de su esposa. Sin embargo, el desenlace no fue el esperado.
De acuerdo con Suzanne Pfeifer, gerente del establecimiento, el hombre llegó a contratar y pagar los servicios de dos trabajadoras sexuales. Asimismo, invirtió en distintos fetiches y fantasías. El pago fue de dos maneras: en efectivo y con tarjeta.
Suzanne Pfeifer es la gerente del Pentagon Grand. Foto: The New York Post
Con el fin de que la esposa no se entere, decidió pagar la primera hora con efectivo y, cuando este se acabó, optó por hacer una transferencia con su tarjeta débito, pero no tenía suficiente dinero. Así es que surgió la idea de usar la tarjeta de crédito de su esposa y hacer los pagos en cuotas.
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Pensando que todo estaría bien, su esposa recibió un mensaje de una transferencia en "pendiente" y el nombre del lugar donde se realizó dicho pago. Entonces, la mujer esperó a su pareja para preguntarle por lo sucedido.
Pentagon Grand es un costoso club en Australia. Foto: The New York Post
Después de las siete horas, la fiesta terminó y el hombre retornó a casa totalmente ebrio y drogado, según las declaraciones de la esposa al medio australiano.
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Luego de conversar con el hombre, juntos fueron al burdel para exigir explicaciones y acusar a los dueños del local de estafa. Al ver las grabaciones de las cámaras, la mujer insistió en que se trataba de un acto contra su esposo, pero ahora de parte de las trabajadoras sexuales.
Por su parte, la gerente del burdel le invitó a dialogar a la mujer. "Le hemos aconsejado que llame a la Policía si cree que su marido ha sido 'estafado', porque no nos escucha. Si está enfadada por los 4.000 dólares, que lo discuta con el marido, no con nosotros", concluyó Suzanne Pfeifer.
La fiesta en Pentagon Grand duró 7 horas. Foto: The New York Post