¿Destino o premeditación? La familia de una mujer en Alagoas, Brasil, se encuentra entre la preocupación e incertidumbre, luego de que la mujer, de 27 años, falleció tras comer un dulce que una vidente le regaló, poco después de augurarle que le quedaban “unos días de vida”. A dos meses de este repentino suceso, los exámenes realizados muestran lo que sucedió: la víctima sufrió de un envenenamiento.
El pasado 3 de agosto, Fernanda Silva Valoz da Cruz Pinto se encontraba rumbo a pagar una factura en el centro de Maceió, estado de Alagoas, en la costa de Brasil. Sin imaginarlo, se encontró en su camino con una vidente, quien le señaló que le quedaba poco tiempo de vida y, antes de que ella se retirara, le dio un dulce y le sugirió que se lo comiera.
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En declaraciones al medio Globo, la prima de la víctima señaló que, horas más tarde, Fernanda comenzó a presentar dolor de estómago, vómitos, sangrado por la nariz y secreción excesiva de saliva. Tras ello fue trasladada al hospital Santa Casa de Misericórdia, en el que falleció durante las primeras horas del 4 de agosto.
Dos meses después de la muerte de la brasileña Fernanda Silva, un informe elaborado por el Instituto de Criminalística de Alagoas llegó a la conclusión de que perdió la vida debido a un envenenamiento, presuntamente causado por la ingesta del dulce que recibió. En su cuerpo se halló elevados niveles de las sustancias sulfotep y terbufós, pesticidas que son sumamente peligrosos para la salud.
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Ante esta información, la familia de la joven madre, que deja en orfandad a una niña de 9 años, ha negado que ella haya tenido algún enemigo, ya que nunca se metía en problemas. “Su vida consistía en cuidar de su hija. No veo que nadie tenga una razón para hacerle esto, pero no conocemos el corazón de nadie. Si fue alguien quien ordenó su asesinato o si la gitana la mató porque quiso. Solo la Policía lo descubrirá”, explicaron.
Por su parte, Lucimério Campos, agente del Departamento de Policía, advirtió que el caso será complejo de resolver debido al tiempo que ha pasado, a que no se cuenta con imágenes de los hechos y a que la culpable pueda ya estar advertida y se haya fugado.