Belgrado. EFE
El presidente de Serbia, Aleksandar Vucic, acusó al primer ministro de Kosovo, Albin Kurti, de querer provocar una guerra “a toda costa” y de estar apoyado en ello por Occidente, por lo que no ve sentido seguir con el diálogo para normalizar las relaciones con Pristina bajo mediación de la Unión Europea.
“¡Ese hombre quiere la guerra! ¡Quiere la guerra a toda costa! ¡Y tiene protección! ¡Mentís cuando decís que no está respaldado!”, expresó de forma vehemente Vucic.
El político populista sostuvo que “mártires serbios” en Kosovo están siendo detenidos, maltratados y brutalmente apaleados “por bandas albanesas”, pero que Eulex “ni siquiera hace mención alguna de ello” en sus informes.
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Respecto a la invitación que el representante diplomático de la Unión Europea, Joseph Borrell, hizo a Vucic y Kurti para una reunión urgente en Bruselas la próxima semana para rebajar la tensa situación en Kosovo, el presidente serbio dijo que no ha decidido todavía si va a ir, pero que no ve sentido alguno a tal diálogo.
También insistió en que “cualquier diálogo carece totalmente de sentido” hasta que no sean puestos en libertad todos los serbios detenidos por la policía kosovar, que —según él— son “mártires” inocentes.
La policía kosovar ha detenido en los últimos días a varios serbios en el norte de Kosovo bajo la acusación de haber instigado o participado en los violentos ataques contra la policía y soldados de la OTAN de la KFOR a fines de mayo, cuando decenas de uniformados resultaron heridos. El presidente anunció que los serbios de Kosovo “tomarán importantes pasos por su libertad” para la próxima fiesta nacional serbia, Vidovdan, el 28 de junio.
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No confirmó, sin embargo, informaciones del diario serbio Blic, según las cuales los serbios del norte de Kosovo proclamarán y formarán ese día su autonomía, sin previas negociaciones con Pristina o los mediadores internacionales.
Vidovdan se conmemora como el día de una gran batalla de 1389, en la que los serbios fueron derrotados por el ejército turco en Kosovo, y también como el día en que, en 1989, el presidente serbio Slobodan Milosevic pronunció un discurso ultranacionalista que muchos analistas consideran fundamental para entender las guerras de desintegración de la antigua Yugoslavia.
Estados Unidos exigió una inmediata desescalada de la tensión entre Serbia y Kosovo, a cuyas autoridades advirtió sobre las “consecuencias” si no cooperan con la comunidad internacional.
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Las tensiones entre las partes aumentaron esta semana con la detención por parte de Serbia de tres policías kosovares, supuestamente en territorio serbio, lo que Pristina calificó como un “secuestro”. En respuesta, Kosovo ha prohibido la entrada a su territorio de camiones con matrícula de Serbia.
Decenas de miles de manifestantes protestaron por séptima semana consecutiva bajo el lema “Serbia contra la violencia”, en oposición al Gobierno populista del presidente Aleksandar Vucic, pero esta vez no solo en Belgrado, sino también en otras tres grandes ciudades de Serbia.
Debido al rechazo de Vucic a cumplir sus reivindicaciones, los organizadores de estas protestas —partidos opositores europeístas— han decidido ampliar su manifestación semanal, de modo que a la de hoy en la capital se sumaron, asimismo, demostraciones en Novi Sad, Kragujevac y Nis.