China advierte que no aceptará "interferencia externa" en Taiwán ante nueva estrategia de Trump: "La línea roja que no se debe cruzar"
El portavoz de la Cancillería china, Guo Jiakun, instó a EE.UU. a "detener" su apoyo a fuerzas que promueven la independencia taiwanesa.
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El lunes 8 de diciembre de 2025, el gobierno de China renovó su advertencia de que "defenderá con firmeza" su soberanía sobre Taiwán y advirtió que no aceptará "interferencia externa", tras la publicación de la nueva Estrategia de Seguridad Nacional 2025 de Estados Unidos. Según Reuters, en una conferencia de prensa en Beijing, el portavoz del Ministerio de Asuntos Exteriores, Guo Jiakun, declaró que Taiwán representa una "primera línea roja que no debe cruzarse" y advirtió contra cualquier forma de "interferencia externa" o apoyo a fuerzas que promuevan la independencia de la isla.
La respuesta de Pekín se produjo apenas unos días después de que Washington publicara su estrategia, que pone como prioridad disuadir un conflicto con China y preservar la superioridad militar de Estados Unidos en la región del Indo-Pacífico. Esta tensión pone en evidencia lo delicado que resulta para Beijing cualquier intento de consolidar internacionalmente la posición de Taiwán, y refleja la intención de China de reaccionar ante lo que considera una escalada del compromiso estadounidense con la isla.
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China exige a EE.UU. que "detenga" apoyo a "los separatistas"
El portavoz de la Cancillería china, Guo Jiakun, instó a Washington a actuar con "máxima prudencia" y a "detener" su apoyo a fuerzas que promueven la independencia taiwanesa. "La parte estadounidense debe dejar de consentir y apoyar a los separatistas que buscan la independencia por la fuerza o se oponen a la reunificación por la fuerza", afirmó el vocero, antes de confirmar que Beijing no tolerará ningún intento de alterar el statu quo mediante presión externa.
Pese al tono severo, China también sostuvo que mantiene interés en una relación estable con Estados Unidos. "Cooperar beneficia a ambos y confrontar perjudica a ambos", agregó Guo, reiterando que el respeto mutuo, la coexistencia pacífica y la cooperación win-win son los únicos caminos viables. No obstante, aclaró que esa cooperación no incluirá concesiones en soberanía, seguridad ni desarrollo estratégico.
Más allá del discurso público de Guo, el pasado miércoles 26 de noviembre, el portavoz de la Oficina de Asuntos de Taiwán del Consejo de Estado, Peng Qing'en, advirtió de que Pekín "aplastará" cualquier intento de injerencia externa en lo que considera un asunto interno. Su pronunciamiento se dio mientras denunciaba que Japón "está creando tensión y avivando la confrontación militar" en una zona a solo unos 110 kilómetros de la isla autogobernada. "Tenemos una voluntad firme, una fuerte determinación y una gran capacidad para defender nuestra soberanía nacional y la integridad territorial", sostuvo.
Japón queda atrapado entre diplomacia, defensa y presión china
La primera ministra japonesa, Sanae Takaichi, generó un fuerte desencuentro con Beijing al advertir en su parlamento que un hipotético ataque chino a Taiwán podría representar una “crisis existencial” para Japón, lo que podría abrir la puerta a una posible intervención militar.
Sin embargo, lo que Tokio esperaba como un fuerte respaldo público de su aliado Estados Unidos no se ha concretado en los términos deseados. Según un reporte del Financial Times, altos funcionarios estadounidenses evitaron emitir declaraciones claras que defiendan abiertamente la posición japonesa, lo que generó frustración en Tokio. En palabras de diplomáticos japoneses: "No han ofrecido suficiente apoyo público" a las autoridades niponas.
El embajador japonés en Washington, Shigeo Yamada, incluso pidió a Estados Unidos que eleve su respaldo público. La situación recuerda a un momento de incertidumbre: si China actúa, Japón no está seguro de que Washington salde la cuenta diplomática, algo que preocupa en Tokio.
El despliegue chino en el mar: fuerza naval para respaldar la diplomacia
Junto con las declaraciones oficiales, China acompañó su postura diplomática con presencia militar real. En los últimos días, Pekín desplegó un considerable número de buques de la marina y de la guardia costera en aguas del este de Asia, en lo que ha sido descrito como su mayor demostración de fuerza marítima hasta la fecha.
Este despliegue no solo busca enviar un mensaje de advertencia, sino afirmar su control sobre las aguas cercanas a Taiwán, en un contexto en que la isla gana apoyo internacional. Según el gobierno chino, estas maniobras forman parte de ejercicios regulares, pero para muchos observadores resultan como una demostración directa del poderío militar de Pekín y de su disposición a usarlo si lo considera necesario.





















