Una divertida tarde de verano en una playa de Brasil se convirtió de un momento a otro en una pesadilla. Dos adolescentes fueron atacadas por varios tiburones que salieron hasta la orilla, donde había decenas de bañistas disfrutando del mar en familia.
La primera víctima fue una menor de 14 años, quien fue agredida por uno de estos animales alrededor del mediodía del domingo 5 de marzo en la playa conocida como Jaboatão dos Guararapes, en la periferia de Recife, en donde se han registrado 77 ataques de tiburón desde 1992.
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Tras el hecho, ella fue trasladada a un hospital por el equipo de emergencia que se acercó a la zona. Los médicos tuvieron que amputarle su pierna derecha para salvarle la vida.
El segundo ataque se produjo al día siguiente, lunes 6 de marzo, cuando otra adolescente de 15 años perdió el brazo de una mordedura de tiburón. Además, sufrió lesiones en el vientre y la pierna izquierda. Tuvo que ser transportada a un nosocomio en helicóptero.
Petrus de Andrade Lima, médico del hospital de Restauración de Recife, indicó que ambas jóvenes ya se encuentran siendo tratadas con antibióticos para evitar cualquier infección de las heridas provocadas por las mordeduras de tiburón.
También recibirán atención psicológica por los traumas que pueda generar el incidente.
"A partir de ahora, la rehabilitación se llevará a cabo tanto en términos de vendajes como de rehabilitación física y psicológica. Obviamente, toda víctima de un incidente de esta magnitud necesita apoyo psicológico. El equipo del hospital ya lo está haciendo, pero, por supuesto, después del alta tendrá que continuar con este tipo de seguimiento", manifestó el doctor en declaraciones a Rede Globo.
“A estas alturas, ninguna de las dos muestras signos claros de infección, pero es evidente que toda mordedura de animal, ya sea terrestre o marino, tiene riesgo de infección”, añadió.
Tiburones fueron vistos cerca de la orilla de la playa brasileña, donde decenas de bañistas disfrutaban del mar. Foto: difusión
Las playas de Jaboatão dos Guararapes conforman una zona restringida para el baño desde 2021 debido a la frecuencia de ataques de este tipo. Las personas que trabajan en estos lugares siempre avisan a los clientes, pero existen bañistas que no siguen las reglas y se meten al agua.
“El equipo ya está al corriente de estos hechos que han ido ocurriendo. La motocicleta tiene su base en Igrejinha. Desafortunadamente, hay una ley que dice que no puedes ducharte, pero la gente insiste en meterse al mar”, puntualizó el coordinador de los servicios de emergencia de Jaboatão, Marcelo Alves.
Incluso, comenzaron una campaña para sensibilizar a la población, que una semana después de dos agresiones continuaba entrando al mar en zonas de peligro.
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Salvavidas, policías metropolitanos y bomberos intensificaron la guardia y los vendedores ambulantes y trabajadores de las casetas de comidas fueron también instruidos para sumarse a la campaña, de acuerdo con un comunicado divulgado por la alcaldía de Recife.
En esa línea, el Cemit señaló que 36 kilómetros de playas localizadas entre los municipios de Olinda y Jaboatão dos Guararapes, pasando por Recife, fueron declarados en "situación crítica" y con "riesgo de nuevos ataques".
Las playas de Jaboatão dos Guararapes están prohibidas para los bañistas desde el 2021 por ataques de escualos. Foto: Tripadvisor
Los tiburones que se han encontrado en las orillas del mar buscaban comida, no humanos, explicó Naylor, un conservador del Museo de Historia Natural de Florida. Estas aguas son más ricas en clorofila, lo que permite que florezca el plancton, que también atrae a los pececillos. "Estos peces forman bancos de cientos de miles, o millones. Cuando se acercan a la costa, los tiburones los siguen", sostuvo el experto.
Recife, la capital de Pernambuco, es una de las ciudades esenciales más grandes de la costa noreste de Brasil. Inicialmente fundada por colonizadores holandeses, rebosa de cultura y un casco antiguo.
En Recife, más del 90% de agresiones de tiburones se concentran en 20 km de playa de los 187 que tiene Pernambuco. La franja de riesgo está ubicada a pocos metros de la costa, justo enfrente a la zona hotelera de la ciudad.
Hasta 2004, cuando se inició una campaña del Comité Estatal de Monitoreo de Incidentes con Tiburones (Cemit) para prevenir los encuentros entre los escualos y los humanos, se producían un promedio de 3,5 casos por año, una cifra que se redujo a una media de 1,3 ataques anuales en seis años.