El diplomático y representante oficial de Rusia en el Perú, Igor Romanchenko, conversó con La República sobre la suspensión del tratado de desarme nuclear, las acusaciones de crímenes contra la humanidad, las relaciones con China y lo que tendría que ocurrir para acelerar el término de la guerra en Ucrania, a un año del inicio del conflicto que marcó el siglo y mantiene al mundo en constante tensión.
—Tras un año del conflicto armado en Ucrania, ¿cuál fue el verdadero motivo para atacarla? ¿Estamos cerca de que la operación militar rusa llegue a su fin?
—En primer lugar, me gustaría recordarles que la crisis actual en Ucrania no surgió hoy, sino en 2014, cuando, con el apoyo activo de EE. UU. y la UE, se llevó a cabo un golpe de Estado en Kiev, como resultado del cual llegaron al poder nacionalistas radicales. Crimea y el Donbás se opusieron al nuevo régimen. Crimea obtuvo su independencia, y el régimen de Kiev desató una guerra contra el Donbás, que cobró la vida de 14.000 personas, efectuó el bloqueo económico y energético, y la ucranización forzosa, al mismo tiempo la OTAN hacía de Ucrania un trampolín bélico antirruso.
Fracasaron varios intentos diplomáticos de resolver el problema (acuerdos de Minsk, acuerdo sobre garantías de seguridad). Rusia se vio obligada a lanzar una operación militar especial para proteger Donbás, así como para eliminar las amenazas a la seguridad de Rusia, que provienen de Ucrania.
Los países occidentales pueden acelerar el término de la operación cortando el suministro de armas a Kiev y persuadiéndola para que inicie negociaciones basadas en condiciones realistas y tomando en consideración los intereses de Rusia.
—El máximo responsable de la diplomacia china, Wang Yi, aseguró que las relaciones entre Rusia y China son “sólidas como una roca”, ¿qué representa esta estrecha interacción estratégica durante el conflicto? ¿Aparte de China también es aliado de Bielorrusia?
—Las relaciones ruso-chinas se encuentran a nivel más alto sin precedentes. Moscú y Beijing tienen una visión común de la crisis del orden mundial actual y el sistema de seguridad internacional.
Beijing es muy consciente de las amenazas inmediatas que plantea la proximidad de la infraestructura militar de la OTAN a las fronteras de Rusia, de las consecuencias del golpe anticonstitucional en Ucrania en 2014, del sabotaje de Kiev y sus patrocinadores occidentales de los acuerdos de Minsk y de los crímenes de los nacionalistas ucranianos en el Donbás durante los ocho años. China condena las sanciones ilegítimas unilaterales de Occidente contra nuestro país y ha declarado que nunca se unirá a ellas.
A pesar de la presión de Occidente y la amenaza de sanciones secundarias, Rusia tiene muchos amigos y socios, incluidos nuevos centros de poder como India, Sudáfrica, Turquía y Brasil. Tenemos relaciones especiales con la fraterna Bielorrusia, miembro del Estado de la Unión, con la que seguimos desarrollando la integración y cooperación.
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—¿Rusia ha recibido drones y armamento de Irán? ¿Cómo toma Rusia el apoyo militar de Occidente a Ucrania?
—La información sobre el uso de drones iraníes no es más que suposiciones sin fundamento, que han sido refutadas repetidamente por representantes oficiales de Rusia e Irán.
Rusia está preocupada por el aumentado suministro de armas occidentales, ya que es obvio que estas armas se volverán a usar contra los civiles del Donbás, lo cual solo conducirá a una escalada y prolongación del conflicto, destrucciones, víctimas y sufrimiento. Al mismo tiempo, los países occidentales que suministran armas al régimen de Kiev se convierten en parte de facto del conflicto y lo acercan a la peligrosa línea de un choque militar directo con Rusia.
—Rusia suspendió su participación en el tratado de desarme nuclear, ¿qué supone que el Kremlin haya salido del pacto Nuevo Start?
—A la decisión de suspender el Tratado Nuevo Start (no salir del mismo), llevó el decepcionante estado de los asuntos relacionados con su implementación debido a las acciones destructivas de EE. UU. dirigidas a debilitar la seguridad de la Federación de Rusia, en violación del principio de seguridad indivisible del Nuevo Start.
Otra preocupación es el factor de arsenal nuclear combinado de las tres potencias nucleares de la OTAN, Estados Unidos, Gran Bretaña y Francia, que puede dirigirse contra Rusia; o infracciones de EE. UU. de las disposiciones principales del Tratado sobre las restricciones cuantitativas a las armas. Las sanciones antirrusas impuestas por Washington en relación con las actividades de verificación impiden a la parte rusa para realizar control en su territorio.
Sin embargo, Rusia tiene la intención de adoptar un enfoque responsable y continuará respetando estrictamente las restricciones cuantitativas en relación con armas estratégicas ofensivas. Además, la decisión de suspender el Tratado puede ser reversible, dependiendo de los pasos que den nuestros socios occidentales.
—¿Qué hay de las denuncias contra Rusia de crímenes de lesa humanidad en el conflicto bélico con Ucrania?
—Esta es otra manifestación de la campaña de desprestigio y la guerra híbrida desatada contra nosotros. La propaganda occidental fabrica tales acusaciones al propósito para evitar la difusión de información de los crímenes de los batallones nacionalistas y Fuerzas Armadas de Ucrania. Sin embargo, hay mucha evidencia de esto, por ejemplo, en el informe de la ONG estadounidense Amnistía Internacional, de agosto de 2022, se reconocieron violaciones de derecho humanitario por los ucranianos.
Se utilizan falsificaciones y montajes como los de Bucha e Izyum, cuando se escenifican las supuestas masacres de las tropas rusas contra civiles. También recurren a provocaciones como la de Kramatorsk, cuando las Fuerzas Armadas de Ucrania lanzaron un cohete contra los civiles evacuados, pero surgieron tantas pruebas de la responsabilidad de los militares ucranianos que prefieren no darle más vueltas a esta historia.