El estado de Nueva York, en Estados Unidos, ha autorizado el llamado compostaje humano, el cual permitirá a cualquiera en esta región el decidir que su cuerpo se convierta en tierra después de su muerte. Esta alternativa es considerada una opción más ecofriendly que un entierro o cremación convencional.
La aprobación fue dada por la gobernadora Kathy Hochul, quien el 31 de enero firmó la ley para legalizar la degradación orgánica natural, convirtiendo así a Nueva York en el sexto estado de este país en permitir dicho método de entierro. Washington fue el primero en legalizarlo en 2019. Le siguieron Colorado y Oregón en 2021, y Vermont y California en 2022.
El cuerpo del fallecido se coloca durante varias semanas encerrado en un contenedor, con astillas de madera, alfalfa y paja, y se deja descomponer Foto: @recomposelife/Instagram
La práctica inicia dejando el cuerpo del fallecido durante varias semanas encerrado en un contenedor, donde se colocan astillas de madera, alfalfa y paja. Se deja descomponer gradualmente bajo la acción de los microbios. Tras un mes en este estado y luego de un proceso de calentamiento para eliminar cualquier posible infección, los familiares del difunto reciben la tierra resultante.
Este abono, que puede usarse para plantar flores, vegetales o árboles, resulta como equivalente a unas 36 bolsas de tierra. Para la empresa estadounidense Recompose, el servicio puede ahorrar una tonelada de carbono en comparación con una cremación o un entierro tradicional.
Tras un mes en compostaje, los familiares del difunto reciben la tierra resultante. Foto: @recomposelife/Instagram
Sobre su costo, la firma Recompose, cuya planta se encuentra en Seattle, señala que su tarifa de US$7.000 es “comparable” con las otras opciones. En 2021, se estimó que el precio medio por un funeral con entierro fue de US$7.848 o US$6.971 por un funeral con cremación, según la Asociación Nacional de Directores de Funerales (NFDA).
Para los defensores del compostaje humano, este método no solo sería más amigable con el medio ambiente, ya que los entierros tradicionales, que con un ataúd también consumen madera, tierra y otros recursos naturales, sino que también resultaría más prácticos en ciudades donde el espacio para cementerios es limitado.
Por otro lado, han surgido sus detractores, tales como la Conferencia Católica de Nueva York, un grupo que representa a los obispos en dicho estado y que desde hace mucho tiempo se opone a la nueva ley, ya que dice que el método de entierro es “inapropiado”.