Vasyl Velychko, un joven ucraniano de 18 años, ha estado atado a una banca durante horas y espera que, con sus gritos, alguien lo desate. Él es una de las miles de personas discapacitadas que viven en los orfanatos de Ucrania. La BBC realizó un reportaje tras obtener acceso a cinco instituciones. En estas encontró abuso y maltrato contra adolescentes inmovilizados y adultos acostados en cunas durante años.
Vasyl fue enviado a una institución cuando tenía cinco años, ahora tiene 18. Foto: BBC
Los investigadores de derechos humanos dicen que Ucrania no debería unirse a la Unión Europea hasta que cierre estas instituciones. Antes de la guerra con Rusia, el Gobierno ucraniano dijo que reformaría el sistema.
Vasyl, quien tiene epilepsia y problemas de aprendizaje, vive en un orfanato en las afueras de la ciudad de Chernivtsí, en el suroeste de Ucrania. De acuerdo a la descripción de la BBC, el adolescente lleva un pañal, se balancea hacia adelante y hacia atrás, por ratos emite un grito largo y agudo, pero el personal no reacciona. Dicen estar cansados y sobrecargados de trabajo, por lo que es más fácil vigilar a los niños y jóvenes sujetándolos.
PUEDES VER: Murió mayor empresario de cereales tras bombardeo: hombre había sido condecorado como ‘Héroe de Ucrania’
Una afluencia de evacuados del este ha ejercido más presión sobre el sistema, pero la forma en que las personas como Vasyl son tratadas en las instituciones de Ucrania son anteriores a la invasión rusa.
“Junto a Vasyl está otro joven. Sus manos están atadas con las mangas de su suéter. Sus ojos vacíos miran a la distancia y un charco de orina se ha acumulado debajo de él”, narra una periodista.
Estos discapacitados se encuentran entre los 100.000 niños y jóvenes que viven en orfanatos ucranianos, pero muchos de ellos ni siquiera son huérfanos. La mayoría tiene familia, pero termina viviendo en estos lugares debido a la falta de apoyo y servicios comunitarios.
La familia de Vasyl, por ejemplo, sintió que no tenía más remedio que renunciar a él. Intentaron obtener un diagnóstico cuando era muy joven e incluso consultaron a un neurocirujano de Reino Unido para ayudarlo a obtener el apoyo que necesitaba. Pero un sistema de atención social y de salud deficiente provocó que tuvieran problemas para mantenerlo en casa, pues tiene convulsiones regulares y puede volverse agresivo.
Cuando tenía cinco años, las autoridades locales les dijeron que una institución era el mejor lugar para él. “Es muy difícil ser padre de un niño discapacitado”, dice la madre de Vasyl, Maryna, mientras sostiene la mano de su hijo. Ella no cuestiona ni parece perturbada por el hecho de que Vasyl esté atado.
"El corazón de un padre siempre está con su hijo", dice la madre Maryna, en la foto con Vasyl y el padre de este, Illya. Foto: BBC
“Estoy orgulloso de ser ucraniano, pero necesitamos más apoyo del Estado. Si viviéramos en Reino Unido, nuestro hijo probablemente viviría con nosotros. Los primeros años visitando a Vasyl fueron difíciles. Regresábamos a casa llorando. Pero hemos aprendido a vivir con la situación”, agrega.
PUEDES VER: Glamour en tiempo de guerra
Ucrania tiene el mayor número de niños que viven en instituciones en Europa. Son víctimas de un sistema de la era soviética que facilitó el proceso para que los padres entregaran a sus hijos al Estado.
Muchos en la sociedad ucraniana creían, y todavía lo hacen, que los niños discapacitados reciben una mejor atención en una institución. La red de casi 700 instalaciones recibe más de US$ 120 millones al año de parte del Estado y emplea a 68.000 personas.
Rumania ha cerrado muchos de sus orfanatos desde que se descubrió que los niños vivían en condiciones espantosas tras la revolución de 1989.
El Gobierno ucraniano ha prometido una serie de reformas en los últimos años hasta que la guerra causó que los planes se detuvieran. Había comenzado a trasladar a miles de “huérfanos” a hogares grupales de estilo familiar. Pero las personas con discapacidad están excluidas de estos planes.