María Inés Delgado, AFP
En una redada de la Guardia Nacional en el Hospital Universitario de Maracaibo, en Venezuela, militares requisaban minuciosamente los vehículos de los médicos: dos terminaron detenidos acusados de robar material quirúrgico.
María Inés Elías y Rafael Briceño, residentes de Urgencias, fueron arrestados en los primeros días de junio cuando los efectivos encontraron dos kits de cirugía en sus autos. Integran una lista de más de 40 profesionales de la salud detenidos desde junio en todo el país, según la Federación Médica Venezolana (FMV), en una ofensiva del presidente Nicolás Maduro contra “mafias hospitalarias”.
Elías y Briceño, no podían haber robado aquellos kits porque esa institución hace años que dejó de entregarle a pacientes en medio de una crisis crónica del sector salud. De hecho, serían liberados, pues el material estaba destinado a una mujer que requería con urgencia una cirugía en ese centro por un gigantesco tumor en un ovario.
La FMV, que denuncia “persecución”, acusa al gobierno de intentar desviar hacia el personal médico la responsabilidad por la colapsada red de hospitales públicos. “Dentro del hospital los residentes tenemos mucho miedo”, dice un residente, con su nombre bajo reserva por temor a represalias. “No ha habido nuevas visitas ni auditorías, pero se respira un ambiente de tensión y nerviosismo”.
Muchos quirófanos están inoperativos y es habitual la falta de insumos para cirugías: desde la anestesia hasta el bisturí... es práctica común pedir al paciente que compre todo. “Si no hiciéramos esto, la mortandad en los hospitales sería horrible”, explica el residente.
La paciente de Elías y Briceño tenía más de un año esperando por la cirugía en Maracaibo (oeste). Ambos quedaron en libertad plena, luego de que la familia testificara que puso el dinero para comprar parte de estos insumos y que el resto lo recibieron por donaciones.
La intervención se atrasó y el ya delicado estado de la mujer desmejoró. Murió días después.
Los operativos militares, advierte el gremio, podrían profundizar el éxodo de profesionales de la salud, muy mal pagados y parte de los más de seis millones de venezolanos que han huido de la crisis.
Un médico residente en el Hospital Universitario gana en promedio entre US$ 35 y 40 mensuales.