El 27 de junio se registró un ataque ruso que dejó al menos 16 muertos y más de 50 personas lesionadas, ya que el impacto se dio en un centro comercial llamado Amstor, ubicado en la localidad de Kremenchuk, región de Poltava.
Al respecto, el presidente Volodímir Zelenski informó vía Telegram que había cerca de un millar de personas. “El centro comercial está en llamas, los bomberos están tratando de extinguir el fuego, el número de víctimas es imposible de imaginar”, escribió.
Así mismo, el Servicio de Emergencias de Kremenchuk señaló que los heridos tienen lesiones graves. La Fiscalía General también indicó que, a la par de las muertes, decenas de ciudadanos han denunciado la desaparición de sus familiares.
“Es un lugar civil al que ucranianos pacíficos vienen a comprar. ¡Está cada vez más claro que el objetivo de Rusia es el genocidio de los ucranianos!”, sentenció el comandante de la administración regional militar de Poltava, Dimitro Lunin. Además, apuntó que, debido al arduo trabajo de los bomberos y rescatistas, el incendio fue sofocado.
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Dmytro Kuleba, ministro de Relaciones Exteriores del país presidido por Zelensky, calificó el ataque como “vergüenza para la humanidad”. Él pidió que se respondan las acciones rusas con “más armas pesadas, más sanciones y más empresas que se vayan” de dicho territorio, según lo publicado en su cuenta de Twitter.
Finalmente, el secretario de Estado de Estados Unidos, Antony Blinken, lamentó el hecho y aseguró que seguirán respaldando a la nación europea.
“Continuaremos apoyando a nuestros socios ucranianos y haremos que Rusia, incluidos los responsables de atrocidades, rinda cuentas”, afirmó.