El caso de una menor de 12 años que quedó embarazada por la violación de su abuelo en la localidad de Chimoré, Cochabamba, sigue dividiendo a la sociedad boliviana. La menor había suplicado por la interrupción del embarazo. “No puedo más, quiero que lo saquen. Ya no tengo fuerzas. Quiero regresar a mi casa con mis hermanitos”, declaró al medio mexicano Debate.
Los doctores del Hospital Materno Infantil Germán Urquidi habían indicado que, debido al avanzado estado de gestación, no era posible interrumpir esta legalmente, ya que la ley contempla que solo se permite hasta las 22 semanas.
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Respecto a ello, La Defensoría del Pueblo denunció que no se estaban teniendo en cuenta las circunstancias del embarazo, e incidió en la necesidad de ayudarla y ponerle fin a este. Asimismo, resaltaron que con estas acciones se mantenía la desprotección a las víctimas de abuso.
“No está capacitada biológicamente, afectivamente, ni psicológicamente para asumir esta gran responsabilidad. La afectación es bastante grande. La niña está en una edad de desarrollo, por tanto, es una situación muy difícil de sobrellevar”, declaró Cinthia Prado, jefa de la Defensoría de la Niñez y la Adolescencia.
Se resolvió con una cesárea a las 29 semanas de gestación, el bebé nació prematuro, por lo que había estado en una incubadora con un estado de salud delicado, finalmente falleció.