Este viernes 3 de junio se cumplen 100 días del comienzo del conflicto bélico en Ucrania tras el anuncio del mandatario de Rusia, Vladimir Putin, de una operación militar especial en el país vecino. La situación mantiene en alerta a la Unión Europea (UE) y a Occidente por las consecuencias que podrían traer a largo plazo en todo el mundo.
La invasión rusa a Ucrania todavía no da indicios de un desenlace para el conflicto bélico más importante en Europa desde la primera mitad del siglo XX, con una matanza de soldados y civiles —y un desplazamiento de personas que huyen de las ciudades destruidas— que trae el terrible recuerdo de la Segunda Guerra Mundial.
La Agencia de las Naciones Unidas para los Refugiados (ACNUR) modificó este viernes el método de contabilidad de los refugiados ucranianos en el resto de Europa tras la ocupación rusa, y ahora calcula que son 4,71 millones. Polonia es la principal nación de acogida.
Una mujer llora mientras visita la tumba de Stanislav Hvostov, de 22 años, un militar ucraniano asesinado durante la invasión rusa de Ucrania. Foto: AFP
Estos son los puntos clave para entender el conflicto bélico entre Rusia y Ucrania.
Ucrania, una exrepública soviética independizada en 1991, conserva una difícil relación histórica con su vecina Rusia, y en las últimas décadas se ha acercado a la Unión Europea y la Organización del Tratado del Atlántico Norte (OTAN), formada en 1949 para contrarrestar a la Unión Soviética.
En 2014, Rusia invadió y anexó la península de Crimea, parte del territorio de Ucrania, y meses después rebeldes prorrusos se levantaron en el este del país, formando las repúblicas separatistas de Donetsk y Luhansk —asistidas por el Kremlin—, y dando inicio a una guerra civil que no acaba.
La llegada al poder del presidente ucraniano, Volodimir Zelenski, cercano a Occidente, en 2019, dio partida a una nueva ola de tensiones, y a finales de 2021 Rusia empezó a desplegar soldados, vehículos y aviones en la frontera con Ucrania antes de la invasión.
El Gobierno ruso señaló a la expansión de la OTAN en Europa del Este como una de las principales causas de la escalada.
Putin ordenó el jueves 24 de febrero atacar la región de Donbás. Además, defendió en el mensaje con el que abría las hostilidades contra Ucrania que los enfrentamientos entre las fuerzas ucranias y rusas son “inevitables” y “solo una cuestión de tiempo”.
“La expansión de la OTAN y el desarrollo militar del territorio de Ucrania por parte de la Alianza es inaceptable para Rusia”, justificó entonces el jefe del Kremlin. Las tropas rusas han atacado desde ese día varias regiones del país, incluida la capital de Kiev, en una lucha de final incierto.
El trasfondo de esta crisis es la negativa rusa a aceptar el acercamiento de la OTAN y de la UE a la antigua república soviética, a la que Moscú considera parte de su identidad y de su espacio de influencia, y cuyo control juzga vital para su seguridad. Putin afirma que ambas naciones conforman “un solo pueblo”.
Volodimir Zelenski sostuvo este viernes que Rusia controla aproximadamente un 20% del territorio de Ucrania y que la línea de frente de combate se extiende a lo largo de más de 1.000 kilómetros.
“Estamos luchando contra prácticamente el Ejército ruso al completo para defendernos. La totalidad de las fuerzas armadas rusas están participando en los combates”, afirmó, en un mensaje virtual lanzado al Parlamento de Luxemburgo, reproducido por el portal Ukrinform.
De acuerdo a Zelenski, las tropas rusas han entrado en 3.620 localidades o aldeas del país, de las cuales 1.017 han logrado ser “liberadas” por el Ejército ucraniano.
El líder ucraniano recordó, asimismo, que su país está luchando por defender su integridad territorial desde hace ocho años, en alusión a la anexión de la península de Crimea de 2014.
Las tropas rusas han pasado de ocupar toda Ucrania a ofensivas cada vez más localizadas para ganar ciudad por ciudad. De dos semanas como máximo a una campaña militar sin plazos: la realidad sobre el terreno y la fuerte resistencia de Ucrania han obligado a Rusia a redefinir dos veces su estrategia en 100 días de guerra.
“Ucrania ha obligado al presidente ruso, Vladimir Putin, en dos ocasiones, a rebajar sus objetivos militares”, aseveró esta semana el Instituto para el Estudio de la Guerra (ISW) con sede en Estados Unidos.
Al principio del conflicto, Ucrania derrotó a Rusia en la batalla por Kiev, al ser las fuerzas rusas incapaces de tomar la capital ucraniana y deponer al presidente Volodimir Zelenski en una operación relámpago.
Las fuerzas de Ucrania están superando a las de Rusia en esta guerra en muchos niveles. El portavoz del Pentágono, John Kirby, las elogió por defender partes de su territorio “muy astutamente, muy hábilmente, muy creativamente”.
Más de 1.000 policías y guardias nacionales ucranianos participaron de maniobras tácticas al sur del país este 12 de febrero. Foto: EFE
La alta motivación de los ucranianos de hacer lo que puedan para defender su nación ha permitido liberar a los soldados profesionales para que vayan al frente de batalla. Además, Zelenski y sus principales asesores han mostrado un liderazgo claro frente a la notable diferencia militar con Rusia.
Ucrania tiene acceso a herramientas modernas de guerra, como el misil jabalina de tierra-aire. Las tropas ucranianas tienen una gran desventaja numérica, no obstante, han hecho mejor uso del terreno y de sus armas que los invasores rusos.
Y en la guerra de información, el presidente ucraniano ha participado por video en una serie de reuniones internacionales y parlamentos extranjeros. Ucrania la está ganando sin lugar a dudas en la mayoría del mundo, aunque no en Rusia, donde el Kremlin todavía controla el acceso a casi todos los medios de comunicación.
Rusia justificó su ofensiva en Ucrania en el supuesto genocidio de la población rusohablante y para impedir la expansión de la OTAN con su eventual adhesión.
Pero Moscú obtuvo el efecto contrario. La alianza militar se reforzó todavía más bajo el paraguas de Estados Unidos, envió armas a Ucrania y preguntó a la Unión Europea sobre su autonomía estratégica.
Suecia y Finlandia, dos países tradicionalmente no alineados, pidieron además su adhesión a la organización transatlántica. Estados Unidos y sus aliados europeos desplegaron también miles de soldados en Polonia y en los países bálticos, fronterizos con Rusia.
En la UE, mucho más unida, los países del Este aprovecharon la ocasión para elevar la voz y ganar peso frente al motor franco-alemán, de cara a endurecer las sanciones contra Rusia. Los Veintisiete aprobaron el lunes un sexto paquete de sanciones y por primera vez contra el petróleo ruso.
Según la inteligencia estadounidense, Putin se está preparando para una guerra larga en Ucrania y ni siquiera una hipotética victoria en la parte oriental sería suficiente para terminar el conflicto bélico. La advertencia llega mientras prosiguen los intensos combates en el este ucraniano, donde Rusia trata de ganar territorio.
La directora de inteligencia de Estados Unidos, Avril Haines, declaró el 11 de mayo en una audiencia del comité del Senado de EE.UU. que Putin todavía tenía intención de “lograr objetivos más allá del Dombás”, pero que “se enfrenta a un desajuste entre sus ambiciones y las actuales capacidades militares convencionales de Rusia”.
Añadió que el presidente ruso “probablemente” contaba con que el apoyo de Estados Unidos y la UE a Ucrania se debilitara con el aumento de la inflación, la escasez de alimentos y los precios de la energía.
Putin podría recurrir a “métodos más drásticos” a medida que continúa la guerra, aunque solo usaría armas nucleares si percibe una “amenaza existencial” para Rusia, según la inteligencia de EE. UU.
El director de la Agencia de Inteligencia de la Defensa, Scott Berrier, indicó en la misma audiencia que los rusos y los ucranianos estaban en cierta medida en una situación de estancamiento.
Con información de EFE y AFP.