En los últimos días, la historia de un can al que no se le permitió la entrada a Argentina dio la vuelta al continente. Se trató de un incidente en el aeropuerto Ezeiza de Argentina con un pequeño perrito llamado ‘Coco’, de colores negro y caramelo, que, por no tener el carnet de vacunas actualizado, permaneció encerrado cual criminal.
Con muchas emociones a flor de piel, Franco Gavidia, destacado jugador de balonmano, ha quedado sorprendido por el apoyo de miles de personas hacia la situación que le tocó vivir junto a su mascota.
PUEDES VER: Nayib Bukele afirma que El Salvador “está a punto de ganar la guerra contra las pandillas”
Todo comenzó el 24 de mayo a su arribo en la ciudad de Buenos Aires, cuando autoridades del Servicio Nacional de Sanidad y Calidad Agroalimentaria (Senasa) le hicieron escoger entre la deportación o sacrificio del can, debido a que no estaba vacunado contra la rabia. Obviamente, él no acepto ninguna de las atroces alternativas y decidió buscar otra solución.
“En medio de todo este desborde, la viralización de la noticia me tomó con la guardia baja, me colapsó, es algo que no esperaba, se nota que hace mucho que no estoy en la Argentina... Las redes sociales con el hashtag #LiberenaCoco, más la presencia de los medios de prensa fueron fundamentales para que esta historia llegara a buen puerto, de lo contrario no sé qué hubiera ocurrido. Así que gracias”, expresó Gaviria.
PUEDES VER: Clínica congela a 184 personas que esperan “revivir” en el futuro por 55 dólares mensuales
Debido a la guerra entre Ucrania y Rusia, la COVID-19, y su descanso de los torneos, el deportista adelantó su viaje a Argentina para visitar a su esposa Camila y su pequeña hija de 6 años, quienes residen en la ciudad de Córdoba. Hizo escalas en Paris, Bogotá y cuando finalmente llegó a Ezeiza, el comunicado de los funcionarios fue como un baldazo de agua fría.
“Ofrecí pagar un veterinario si era necesario, una multa o un lugar de cuarentena, porque era algo que yo había hecho mal... Propuse todas las opciones, estaba abierto a encontrar la manera de reparar el tema, pero de ninguna manera me iba a mover sin mi perro. Me molestó mucho que todo este tiempo estuviera con desconocidos, pasé por muchos inconvenientes”, describió.
PUEDES VER: Colegio rifa 20 armas de fuego en un mes como parte de una campaña de recaudación de fondos
El atleta, además, denunció malos tratos por parte de los trabajadores del Senasa, calificándolos de pedantes y soberbios. “Yo salí de Hungría medio de apuro y pensé que las regulaciones eran similares a las de Europa y se me pasó controlar la vacuna de ‘Coco’... Pero de ahí a tratarme como un delincuente, como un pedazo de mi****... no tenía razón de ser”, sentenció el deportista.
Fueron 35 horas las que Gaviria permaneció en incertidumbre por su perrito. Tuvo que comer y dormir en el aeropuerto; “una situación vergonzosa y humillante”, confiesa. Su corazón volvió a su tradicional ritmo cuando se estableció que ‘Coco’ sería vacunado y estaría en cuarentena durante 10 días.
Entre tanto, el Senasa indico que solo hacían su trabajo sobre el cumplimiento de los protocolos de salubridad. Personal autorizado verificó el estado de salud y comportamiento de ‘Coco’, y concluyeron que estaba “completamente sano”.
Finalmente, este jueves, gracias a la presión de los medios y organizaciones en defensa de los animales, como la ONG Aliento de Vida Animal de Nora Portela, que visitó diariamente a ‘Coco’, se hizo entrega del can a su dueño.
PUEDES VER:
Con un colorido abrigo, Gaviria recibió a su fiel compañero, además de fundirlo en un cálido abrazo y muchos besos. En presencia de los medios, alzó al animal al estilo Simba del Rey León, mientras era fotografiado.
“Lo que me llevo como mayor aprendizaje es la bondad de la gente, la empatía de los argentinos que me sorprendió muchísimo. Y también que antes de viajar hay que chequear cuatro veces todos los papeles. El principal culpable de esto fui yo y lo dije siempre”, expresó el deportista a los medios.