Alí Enrique Moreno, uno de los manifestantes que salieron a las calles a pedir mejores condiciones para los pensionados en Venezuela, se quiebra al describir la situación que tiene que vivir a sus 67 años, obligado a salir a las calles a vender golosinas para poder costear sus medicamentos. “Vendo caramelos en la calle para sobrevivir”, cuenta con una bolsa de dulces en la mano.
Así como Alí, cientos de personas salieron a reclamar por una mejor calidad de vida en una manifestación que tomó lugar hoy martes 26 de abril, a propósito de la visita de delegados de la Organización Internacional del Trabajo (OIT).
Muchos de los pensionados reciben un aproximado de 28 dólares mensuales, incluso después del incremento decretado por el presidente Nicolás Maduro en marzo. Hasta ese entonces, cobraban el equivalente a dos dólares.
“Tomo cinco pastillas diarias, díganme ustedes, ¿cómo las compro? Voy a cumplir 70 años pasando hambre y necesidad”, declaró Alí a la AFP durante la marcha, a las afueras del Ministerio de Trabajo en el centro de Caracas.
Por otro lado, está Arnoldo Benítez (75), jubilado desde hace 15 años tras trabajar como empleado público durante tres décadas, quien plasmó su molestia en una pancarta con la frase: “Me quiero morir de viejo, no de hambre”.
“Vivo de lo que me envían mis hijos”, comentó lloroso.
Los jubilados reclaman que se cumpla lo expresado en el articulo 91 de la Constitución de Venezuela, donde se señala que todos los trabajadores tienen derecho a un salario “que les permita vivir con dignidad”. Sin embargo, los 28 dólares que ganan distan mucho de los 470 dólares que necesitan realmente para comprar la canasta básica, según cálculos del privado Centro de documentación y análisis de la Federación Venezolana de Maestros (Cendas).
“Tengo que cobrar 15 pensiones para comer un mes”, agrega Arnoldo, mientras muestra el interior de un estuche donde deberían estar las pastillas que está obligado a consumir para cuidar su salud.
Con información de AFP.