La Organización Mundial de la Salud (OMS) recomendó, este jueves 21 de abril, el uso del antiviral comercializado con el nombre de paxlovid, desarrollado por la farmacéutica estadounidense Pfizer, en pacientes con casos no graves de COVID-19, pero en riesgo de hospitalización.
El tratamiento, que combina los antivirales nirmatrelvir y ritonavir, es el quinto que la OMS recomienda en pacientes no graves pero en riesgo de hospitalización, junto al remdesivir, el molnupiravir y los dos basados en anticuerpos monoclonales (el sotrovimab y el cóctel casirivimab-imdevimab).
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El remdesivir, en un inicio, fue rechazado por la OMS. Aunque, en sus recomendaciones de hoy, el organismo lo incluye “de forma condicional” tras nuevos datos positivos en ensayos con 2.700 pacientes.
Las nuevas recomendaciones han sido emitidas por un grupo de expertos internacionales de la OMS a través de la prestigiosa publicación médica BMJ (el antiguo British Medical Journal).
El uso de esos cuatro tratamientos está indicado a pacientes “en alto riesgo de hospitalización” tras contagiarse de COVID-19, el cual incluye a personas mayores, no vacunadas o inmunodeprimidas.
En el caso del paxlovid, estos expertos afirman que “puede evitar más hospitalizaciones que sus alternativas”, es potencialmente menos perjudicial que el molnupiravir, y es más sencillo de administrar que el remdesivir y los anticuerpos monoclonales, para los que se utiliza la vía intravenosa.
El comunicado de la OMS subraya que el uso del paxlovid no es recomendable en pacientes con bajo riesgo de hospitalización, “ya que los beneficios son poco importantes”, y tampoco para casos graves o críticos, dado que todavía no hay datos suficientes para probar su efectividad en este grupo.
En esos casos más graves, la OMS sigue recomendando el uso de corticosteroides, antagonistas de los receptores de interleucina-6 y baricitinib.
La OMS recuerda, asimismo, su recomendación contra el uso de ivermectina, hidroxicloroquina y plasma de convalecientes en cualquier paciente contagiado, sin importar el nivel de gravedad del caso.
Los tratamientos antivirales recomendados “deben administrarse lo antes posible en el curso de la enfermedad”, destaca la OMS, que manifestó su preocupación por los problemas de acceso a estos tratamientos especialmente en países de ingresos bajos y medios, por el elevado precio de mercado de la mayoría de estos fármacos.
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Mientras que en los meses finales de 2020 se contaba con alrededor de una decena de vacunas contra la COVID-19 (que la OMS fue incluyendo poco a poco en su lista de recomendaciones), el desarrollo de tratamientos fue más lento.
Hasta mediados del año pasado, la OMS solo recomendaba, por falta de resultados definitivos en ensayos clínicos, el uso en pacientes graves de dexametasona (un corticosteroide) y los antagonistas de los receptores de interleucina-6, aunque en los últimos meses ha añadido numerosas alternativas, también para casos menos graves.