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Daniel Ortega destituye al embajador nicaragüense que lo acusó de dictador en la OEA

“Denunciar la dictadura de mi país no es fácil, pero seguir guardando silencio y defender lo indefendible es imposible”, dijo Arturo McFields en una sesión regular del Consejo Permanente de la OEA.

larepublica.pe
Nicaragua desconoció el miércoles 23 de marzo a su embajador Arturo McFields ante la Organización de Estados Americanos (OEA). Foto: composición/AFP

El presidente de Nicaragua, Daniel Ortega, destituyó oficialmente, este jueves 24 de marzo, al periodista Arturo McFields Yescas como embajador del país ante la Organización de los Estados Americanos (OEA), un día después de que el representante diplomático denunciara una “dictadura” en su país y exigiera la liberación de los opositores presos.

A través de un acuerdo presidencial, Ortega dejó sin efecto el nombramiento de McFields Yescas en el cargo de representante permanente de la República de Nicaragua, con rango de embajador extraordinario y plenipotenciario ante la OEA, en el que había sido designado el 26 de octubre del año pasado y publicado un día después en el Diario Oficial La Gaceta.

“El presente acuerdo surte sus efectos a partir del día 23 de marzo del año 2022″, según el documento publicado en el Diario Oficial.

En su lugar, Ortega nombró a Francisco Obadiah Campbell Hooker, quien también es el embajador nicaragüense en Estados Unidos

¿Qué dijo Arturo McFields sobre el régimen de Daniel Ortega ante la OEA?

El hasta hoy embajador de Nicaragua ante la Organización de los Estados Americanos, Arturo McFields, denunció el último miércoles “la dictadura” del Gobierno de Daniel Ortega en medio de un sorprendente discurso al inicio de una sesión regular del Consejo Permanente de la OEA.

El también periodista manifestó que tomaba la palabra para defender a los “más de 177 presos políticos y más de 350 personas que han perdido la vida en mi país desde 2018″. Asimismo, que lo hacía en nombre de funcionarios obligados a “fingir, llenar panzas y repetir consignas porque si no lo hacen, pierden su empleo”.

McFields confesó que tiene miedo, pero “tengo que hablar, aunque mi futuro y el de mi familia sean inciertos”.

“Denunciar la dictadura de mi país no es fácil, pero seguir guardando silencio y defender lo indefendible es imposible”, refirió McFields, quien hasta ahora había defendido al Gobierno nicaragüense cuando era criticado en reuniones de la OEA.

“En el Gobierno nadie escucha y nadie habla”. Lo que pasa en Nicaragua supera mis pocas capacidades diplomáticas”, añadió el exembajador nicaragüense.