El sufrimiento de los más vulnerables en Ucrania, desde el ataque de Rusia, ha provocado una atmósfera de desconsuelo en el mundo. A pesar de ello, se han dado episodios para darle vuelta a esa sensación. Como el caso de la pareja Lesia Ivashchenko y Valerii Filimonov, quienes decidieron casarse durante un pequeño descanso de su grupo militar tras unirse al Ejército de su país.
La historia de ambos ha dado la vuelta al mundo. Lesia y Valerii llevan 20 años de relación y tienen una hija de 18 años. Los dos sufrieron los estragos del asedio ruso desde el último 24 de febrero, cuando Vladimir Putin dio la orden, por lo que decidieron integrarse a la resistencia. Fue en este camino que en los dos afloró mutuamente la necesidad de intercambiar votos de amor, aunque no lo tenían planeado hacerlo.
En las fotografías y los videos compartidos, los dos están uniformados y armados en un control militar en las fronteras de Kiev, capital de Ucrania, que ha sido una de las más bombardeadas por la milicia del Kremlin. Sus compañeros aparecían con la banda amarilla en sus brazos y otros que están más alejados custodiaban el perímetro.
Para completar la parafernalia de la boda, ella lució un velo de novia, que fue puesto sobre su indumentaria, y también cargaba entre sus manos un ramo de flores. En el caso de Valerii, él hizo seguimiento con total disciplina del itinerario mientras tenía su mochila de táctica en la espalda ante algún imprevisto.
Finalmente, entre sonrisas y con otro compañero que tocaba el bandura (instrumento ucraniano), las nupcias pudieron concretarse gracias a un integrante del pelotón que es un sacerdote de la Iglesia ortodoxa, religión que desde no hace mucho tiene su propia corriente para desvincularse de la influencia rusa.