Rusia y Ucrania pidieron el último domingo que se intensifiquen los esfuerzos diplomáticos para evitar una guerra, pero intercambiaron acusaciones sobre la responsabilidad de la escalada de hostilidades en la línea del frente que separa el territorio ucraniano de las zonas controladas por los rebeldes prorrusos.
Después de que el presidente francés, Emmanuel Macron, sostuviera una larga conversación telefónica con Vladímir Putin y luego con el ucraniano Volodímir Zelenski, tanto Moscú como Kiev abogaron por un mayor diálogo.
Los países occidentales liderados por Estados Unidos acusan a Rusia de apostar más de 150.000 soldados en la frontera de Ucrania para lanzar un ataque y Washington reitera habitualmente que la invasión puede producirse “en cualquier momento”.
La presidencia francesa calificó las conversaciones de este domingo como uno de “los últimos esfuerzos posibles y necesarios para evitar un conflicto mayor en Ucrania”.
Por su parte, Rusia decidió prolongar su presencia militar en Bielorrusia más allá de las maniobras ‘Determinación aliada 2022′ debido a la tensión en el este de Ucrania, que ha aumentado en los últimos días y ha dejado sus primeras víctimas tanto entre militares como entre civiles, según las partes del conflicto; el Ejército regular ucraniano y las milicias prorrusas.
Fue el ministro de Defensa de Bielorrusia, Víctor Jrenin, quien anunció hoy que Minsk y Moscú alargarían la inspección de las capacidades de combate de las tropas en medio de las crecientes amenazas cerca de su frontera común.
Jrenin precisó que la medida se debe al “aumento de la actividad militar cerca de las fronteras del Estado de la Unión (de Rusia y Bielorrusia) y el agravamiento de la situación en el Donbás” (este ucraniano).
El ministro agregó que a partir de ahora los militares ensayarán las etapas de defensa del Estado de la Unión que no fueron cubiertas “de forma detallada” durante las maniobras ‘Determinación aliada 2022′.
El enfoque de la nueva inspección, según el alto militar, seguirá siendo el mismo y buscará garantizar una respuesta adecuada a la “escalada” cerca de las fronteras comunes.
Jrenin agregó que los vecinos de Rusia y Bielorrusia se llenan de armas modernas, en una clara alusión a la ayuda militar que recibe en los últimos meses Ucrania, y aumenta el número de ejercicios y operaciones militares “incomprensibles” al lado de la frontera de los dos países.
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”Es obvio que están dirigidos contra Rusia y Bielorrusia”, aseveró.
El presidente bielorruso, Alexandr Lukashenko, afirmó que decidiría en la reunión con su homólogo ruso, Vladímir Putin, el futuro de la unidad militar conjunta al día siguiente, durante unas negociaciones en Moscú. Un momento crucial para su cuestionado régimen.
El secretario general de la OTAN, Jens Stoltenberg, afirmó que la decisión de Rusia de prolongar su presencia militar en Bielorrusia, más allá del fin de sus ejercicios militares, es una señal de que Rusia está “preparando una invasión de Ucrania”.
En una entrevista con la cadena CBS News, Stoltenberg reaccionó al anuncio de que Rusia y Bielorrusia han decidido extender el tiempo de inspección de las fuerzas que han participado en sus ejercicios militares más allá de este domingo, cuando estaba previsto su fin.
Stoltenberg se alineó así con la postura de Estados Unidos, que dijo que Rusia ya había tomado una decisión.
“El presidente de Estados Unidos, Joe Biden, está dispuesto a reunirse con su homólogo ruso, Vladímir Putin, si con ello se evita una guerra en Ucrania”.
Antony Blinken, secretario de Estado EE. UU.
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