El pueblo de Chile celebra este domingo 21 de noviembre sus elecciones presidenciales, un proceso en el que tendrán que elegir al nuevo sucesor de Sebastián Piñera. Las encuestas, de momento, marcan como favoritos a dos candidatos antagónicos.
A la cabeza se encuentra José Antonio Kast, un ultraderechista seguidor del exdictador Pinochet. En segundo lugar, lo sigue Gabriel Boric, un izquierdista que apunta a la transformación del Gobierno. Hay una lista más de rivales, pero resalta Yasna Provoste, la única mujer candidata y una opción que hace de punto medio entre estos dos extremos.
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Nacida en la pequeña localidad de Vallenar, de unos 52.000 habitantes, Yasna Provoste vivió desde niña bajo las costumbres de los diaguitas, un pueblo indígena originario del norte de Chile. Es profesora de educación física, al igual que su esposo Mauricio Olagnier, con quien está casada desde 1993.
A los 14 años se convirtió en militante de la Democracia Cristiana y tuvo una ascendente carrera política como gobernadora de su región natal, Atacama entre 2001-2004. Luego, dio el salto para oficiar de ministra de Planificación entre 2004 y 2006, bajo la presidencia del socialista Ricardo Lagos (2000-2006).
En 2008, bajo el mandato de Michelle Bachelet, ocupó la cartera de Educación, momento en que vivió su trago político más amargo. En marzo de ese año, la centroderecha inició en el Congreso un juicio político por el que fue destituida e inhabilitada por cinco años para ejercer cargos públicos, acusada de desórdenes administrativos en su cartera, cargo que no pudo ser probado por la Contraloría de la República.
Tras finalizar su ‘exilio’ político en 2013, Provoste, de 51 años, se convirtió en diputada y luego en senadora. En marzo de 2021, en medio de la crisis social provocada por la pandemia de coronavirus, asumió la presidencia de la Cámara Alta.
Desde ese puesto, lideró a la oposición de izquierda en el Congreso para presionar al Gobierno del conservador Sebastián Piñera a aumentar las ayudas sociales que se entregaban con el objetivo de sobrellevar la pandemia. Ahora, representa a la coalición Nuevo Pacto Social y es la única mujer entre los siete aspirantes a la presidencia en estas elecciones.
“Nos ha costado mucho llegar a espacios de representación; reconozco lo difícil y lo complejo que es para muchas mujeres”, declaró en entrevista con la AFP.
Su gestión al frente del Senado le hizo ganar popularidad y, así, logró desplazar como candidata del partido a la también senadora Ximena Rincón, su actual reemplazo en la presidencia de la Cámara Alta.
La candidatura de Provoste fue refrendada luego de un proceso de primarias en las que participaron los partidos de la antigua Concertación, la coalición de centroizquierda que gobernó Chile por 20 años tras el fin de la dictadura de Augusto Pinochet (1973-1990).
En su programa de Gobierno bajo la coalición de Nuevo Pacto Social, Provoste reivindica lo realizado en los últimos 30 años de democracia, en medio de fuertes críticas tras las protestas sociales que estallaron a partir de octubre de 2019.
“Soy heredera de una coalición que durante 30 años gobernó en nuestro país, que enfrentó momentos bien difíciles tras la recuperación de la democracia, (porque) nos tocó recibir un país con un 40% de pobreza (...) que la logró disminuir a un 3%. Los niveles de desempleo cayeron a los límites de la normalidad”, dijo sobre ese Chile próspero de mediados de 1990 hasta la primera década del 2000.
Católica practicante, es liberal en temas como el matrimonio y adopción homosexual, y también ha manifestado su apoyo a una nueva Constitución que garantice el derecho a la salud, educación, vivienda y un medioambiente limpio.
Con información de AFP.