Japón no registró ningún fallecido diario por COVID-19 por primera vez en quince meses gracias al continuo descenso de los contagios, al mismo tiempo que hoy empezó a flexibilizar sus restricciones para permitir la entrada de estudiantes, trabajadores y viajeros de negocios.
El país anotó cero fallecidos en la víspera, la primera jornada desde agosto de 2020 en que no se produce ninguna defunción por el virus en el país, que alcanzó los 10.000 muertos por la enfermedad en abril de este año y sufrió su peor ola de contagios durante el pasado verano.
Se anotaron 162 nuevas infecciones el pasado domingo y otras 107 este lunes (18 de ellas en Tokio), según los últimos datos disponibles, que contrastan con los 20.000 casos diarios registrados en el mes de agosto, de los cuales 5.000 se dieron en la capital.
Las últimas cifras vienen a confirmar el continuado descenso de las infecciones en el archipiélago nipón desde el pasado verano, lo que ha permitido a las autoridades nacionales relajar gradualmente sus medidas anticontagios.
Japón comenzó a levantar en octubre los estados de emergencia sanitaria que afectaban principalmente a las grandes áreas urbanas, y coincidió con esa tendencia decreciente de infecciones, en parte acelerada por el avance en el ritmo de vacunación.
Un 73,1 % de la población se encuentra vacunada con las dos dosis, según datos oficiales de principios de mes. De acuerdo al Ministerio de Salud japonés, hasta este domingo, el archipiélago registraba un acumulado de 1 724 037 contagios y 18.309 muertes, tras anotar el primer fallecimiento en febrero de 2020.
Las cero muertes por COVID-19 coinciden con el inicio de una apertura progresiva en las fronteras del archipiélago, que permanecían prácticamente cerradas desde inicios de la pandemia en 2020, con escasas excepciones.
Este mismo lunes, asimismo, un panel gubernamental ha aprobado la conformación de la nueva estrategia nacional para evitar un repunte del virus en el país mientras se relajan las medidas anti-COVID-19, centrada principalmente en el fortalecimiento del sistema médico.
Bajo este nuevo plan, Japón analizará la situación de cada región en una escala del cero al cuatro, tratando de mantener los casos a un mínimo en el nivel cero.