Las nuevas restricciones contra el coronavirus entraron en vigor este sábado 30 de octubre en Rusia para contener la escalada de contagios y muertes en el país con más fallecimientos registrados de Europa.
Las autoridades sanitarias notificaron 40.251 nuevos casos, el dato más alto desde el inicio de la pandemia.
El presidente Vladimir Putin ordenó la anterior semana un largo fin de semana de vacaciones pagadas desde este sábado hasta el domingo 7 de noviembre, con el propósito de romper la cadena de récords tanto en casos diarios como muertes.
PUEDES VER: Le pidieron usar mascarilla en el banco, se enojó y retiró en efectivo todos sus millones
Rusia se ha visto obligada a imponer fuertes medidas para frenar el aumento de casos desde el final del breve confinamiento a principios de la emergencia sanitaria, pese a poner todas sus esperanzas en el lanzamiento de varias vacunas propias, como la Sputnik V.
A pesar de que varios fármacos están disponibles de manera gratuita desde hace meses, solo el 32,5% de la población ha sido vacunada, según las estadísticas del Gobierno este sábado.
El Kremlin indicó, a comienzos de esta semana, que los epidemiólogos habían expresado sus “preocupaciones” después de que las encuestas difundidas por las agencias de noticias mostraran que un tercio de los rusos planeaban viajar durante el periodo de vacaciones.
Las regiones de toda la nación han impuesto algunas restricciones contra la COVID-19, pero las más estrictas comenzaron a aplicarse esta semana en Moscú, el epicentro del brote en Rusia, con los servicios esenciales cerrados.
Las autoridades sanitarias han sido acusadas de restar importancia a la pandemia. La agencia de estadística Rosstat reveló el último viernes que 44.265 personas han muerto en septiembre por el virus, casi dos veces más que las notificadas por el Gobierno ruso.
Estas cifras elevarían el número de fallecimientos por coronavirus a casi 450.000, el dato más catastrófico de Europa.