Durante el último jueves, un trabajador del Servicio Nacional de Medicina y Ciencias Forenses de Bello Monte, en Caracas, confesó que había extraído los implantes mamarios del cadáver de una mujer con el fin de comercializarlos en el mercado negro, informaron medios venezolanos.
La ciudadana, quien falleció por complicaciones respiratorias, fue trasladada hasta el cementerio para su sepultura. Sin embargo, los parientes se percataron de que al cuerpo le faltaban los implantes mamarios.
Los allegados denunciaron el hecho en la Dirección de la Medicatura Forense, que posteriormente investigó el hecho y determinó que un empleado fue el responsable, por lo que le exigieron la renuncia, reseñó el portal 2001.
Tras el incidente, las personas solicitaron las prótesis mamarias para que sean colocadas nuevamente en el cuerpo de la mujer. Trascendió que el procedimiento se realizó en la funeraria que contrataron.
El protocolo de dicho ente establecía que dichos elementos deben ser retirados del cuerpo para la necropsia de ley y luego volver a colocarlos. También indicaba que pueden ser cortados para evitar su venta irregular.
La usuaria Kelly Ayary compartió un video en su cuenta de Twitter en el que contaba cómo había sido discriminada al intentar ingresar a una tienda en el Centro Comercial Propatria, una zona popular del oeste de Caracas (Venezuela).
La joven compartió en el clip, que cuenta con más de 450.000 visualizaciones, cómo quiso entrar a la tienda Balú y no se lo permitieron. “Iba a entrar a comprar y me corrieron porque no se puede entrar en silla de ruedas. Las personas en silla de ruedas no pueden ingresar”, comentó.
Frente a lo sucedido, el excanciller y actual ministro de Industrias y Producción Nacional, Jorge Arreaza, calificó de “inaceptable” lo relatado por la ciudadana y escribió en la misma red social que lo transmitirá a las autoridades pertinentes.