Las tropas de Estados Unidos (EE. UU.) intensificaron el martes 24 de agosto las evacuaciones desde Afganistán después de que los talibanes advirtieran que solo permitirían continuar este tipo de operaciones una semana más, un plazo considerado insuficiente por varios países occidentales.
El martes, durante una cumbre virtual del G7 dedicada a Afganistán, el Reino Unido, que preside actualmente el grupo, y otros aliados insistirán a EE. UU. en la necesidad de prorrogar la fecha límite del 31 de agosto para poder evacuar a todas las personas que necesitan salir del país.
El presidente estadounidense, Joe Biden, quiere mantener la fecha prevista, pero también se ve presionado por las imágenes de miles de afganos desesperados y aterrados que esperan en el aeropuerto de Kabul un vuelo humanitario que les permita alejarse del régimen talibán. Sin embargo, indicó que permanece el riesgo de un ataque terrorista mientras más tiempo permanezcan en Kabul.
Un centenar de aviones estadounidenses y de otros países de la coalición internacional que combatió en la guerra de Afganistán sacaron de Kabul a unas 21.600 personas el lunes 24 de agosto, aseguró el martes la Casa Blanca.
De ellos, aproximadamente 12.700 personas se desplazaron a bordo de 37 vuelos militares de Estados Unidos, incluidos 32 del tipo C-17; mientras que otros 8.900 evacuados embarcaron en 57 aviones de países europeos y de otros miembros de la coalición de la OTAN.
Así lo indicó el martes 24 de agosto a los periodistas un funcionario de la Casa Blanca, que proporciona cada día cifras de evacuaciones desde Kabul, aunque sin aclarar cuántos de ellos son estadounidenses y cuántos son afganos.
El recuento de 21.600 evacuados corresponde a las 24 horas que transcurrieron entre las 3.00 de la mañana hora de Washington del lunes (7.00 GMT) a la misma hora de este martes, precisó el funcionario, que pidió el anonimato.
La aparición de los talibanes en Afganistán ocurrió en 1994. El movimiento estaba conformado en sus inicios por integrantes de la mayoría étnica pastún y suní, quienes rechazaron a las fuerzas soviéticas en los años ochenta.
La agrupación luchó en la guerra civil posterior a la caída del régimen comunista en Kabul, sucedida en 1992. Su primer líder fue el mulá Mohammad Omar, imán de la ciudad de Kandahar, quien los encabezó hasta su muerte en 2013.
Los talibanes son un movimiento político-religioso de Afganistán, surgido a inicios de la década de 1990, tras el retiro de las tropas soviéticas. El nombre de esta agrupación significa “estudiantes” en pastún y, según reportan medios como la agencia AFP, sus miembros fueron formados en las madrasas o escuelas coránicas de Pakistán.
Este colectivo tomó el poder en Afganistán entre 1996 y 2001, periodo en el cual implantaron una forma estricta de la sharía o ley islámica. Este mes volvieron a controlar Kabul, la capital afgana.
El mulá Haibatullah Akhundzada fue nombrado jefe de los talibanes en mayo de 2016 durante una rápida transición de poder, días después de la muerte de su predecesor, Mansur, liquidado por un ataque de un dron estadounidense en Pakistán.
Elementos biográficos de los principales dirigentes talibanes. Infografía: AFP
Antes de su designación, se conocía poco de Akhundzada, hasta entonces más centrado en cuestiones judiciales y religiosas que en el arte militar.
Aunque este erudito gozó de gran influencia en el seno de la insurgencia, de la que lideró el sistema judicial, algunos analistas creían que su papel al frente del movimiento sería más simbólico que operativo.
Hijo de un teólogo, originario de Kandahar, el corazón del país pastún en el sur de Afganistán y cuna de los talibanes, Akhundzada obtuvo rápidamente una promesa de lealtad de Ayman al-Zawahiri, el líder de Al Qaida.
El egipcio lo llamó “emir de los creyentes”, denominación que le permitió afianzar su credibilidad en el mundo yihadista.
Ofensiva relámpago de los talibanes en Afganistán. Foto: infografía / La República
Akhundzada tenía la delicada misión de unificar a los talibanes, fracturados por una violenta lucha por el poder tras la muerte de Mansur y la revelación de que habían ocultado durante años la muerte del fundador del movimiento, el mulá Omar.
El insurgente logró mantener unido al grupo y continuó siendo bastante discreto, limitándose a transmitir mensajes anuales raros en los días festivos islámicos.
Otras figuras principales del movimiento son el mulá Abdul Ghani Baradar, cofundador de los talibanes y su actual líder político; Mohammad Yaqub, hijo del fundador Mohammad Omar y supervisor de las operaciones militares; y Sirajuddin Haqqani, dirigente de la red Haqqani que controla los activos militares y financieros en la frontera con Pakistán y que, según expertos, estaría detrás de los mayores atentados en Afganistán.
Con información de EFE y AFP.