La doctora Brytney Cobia (Alabama, Estados Unidos) narró la dramática situación que viven los pacientes de coronavirus que llegan graves a su centro de salud. La mayoría de ellos optó por no recibir la vacuna, pese a que en ese Estado todas las personas de 12 años a más son elegibles para la inoculación.
“Estoy admitiendo a jóvenes en el hospital con casos muy graves de COVID-19. Una de las últimas cosas que hacen antes de ser intubados es rogarme por la vacuna. Tomo sus manos y les digo que lo siento, pero es demasiado tarde”, escribió la médico en su cuenta de Facebook.
Cobia reveló que solo uno de sus pacientes graves en el centro médico de Grandview recibió las vacunas. Varios de ellos están muriendo, contó al medio local Birmingham News. Cuando ello sucede, recomienda a la familia del deudo que la mejor forma de honrar a su ser querido es inocularse con la dosis antiviral.
“Pensaron que (la vacunación) era un engaño, que era político. Creían que por tener cierto tipo de sangre o cierto color de piel no se enfermarían. Pensaron que era ‘solo una gripe’, pero estaban equivocados”, prosiguió en su publicación de redes sociales la galeno. Algo similar ocurrió con una mujer en Missouri, quien temía por los efectos secundarios de la vacuna y finalmente falleció de coronavirus.
Hasta el 20 de julio, solo el 33% de los habitantes de Alabama había recibido ambas dosis de vacuna. Sin embargo, las autoridades mantienen abierta la posibilidad de que cualquier persona de 12 años o más reciba las inyecciones. En esta región murieron de coronavirus cerca de 11.500 personas durante la pandemia.
El diario The Washington Post hizo énfasis en que el sistema de salud de Alabama recibe actualmente cuatro veces más pacientes por coronavirus de lo que registraba el mes pasado.
De acuerdo con el Centro para el Control y Prevención de Enfermedades (CDC por sus siglas en inglés), al menos el 99% de los estadounidenses que murieron de coronavirus en el último medio año no había sido vacunado.
Al tiempo de que se expande la más contagiosa variante Delta, se han ralentizado las tasas de vacunación en todo el país. Especialmente en los Estados más conservadores ubicados en el sur, en lo que la Casa Blanca ha llamado “la pandemia de los no vacunados”.
La Fundación Kaiser para el Monitoreo de Vacunación contra la COVID-19 encontró que el 24% de la población rural de Estados Unidos definitivamente no se vacunará, frente al 16% que posiblemente se inoculará y un 57% que ya lo hizo o tiene pensado recibir las inyecciones.