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El turismo espacial deja la ficción y se vuelve real

Carrera. En menos de quince días, los multimillonarios Jeff Bezos y Richard Branson llegaron al espacio y abrieron una oportunidad importante en la industria más allá de la Tierra.

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Felices. Tripulación del New Shepard, conformada por Oliver Daemen, Jeff Bezos, Wally Funk y Mark Bezos, posa para una foto cerca del propulsor después de volar al espacio. Foto: AFP

Agencias

El magnate Jeff Bezos cumplió el martes su viejo sueño de ir al espacio y abrir una puerta al turismo de alturas, posiblemente la próxima misión del hombre que construyó uno de los mayores imperios empresariales de la Tierra.

A sus 57 años, Bezos salió de los confines de la Tierra durante varios minutos el martes a bordo de la nave New Shepard, fabricada por Blue Origin, una empresa de su propiedad fundada en el 2000.

El viaje exprés a más de 100 km del suelo terrestre se realizó apenas dos semanas después de dejar el cargo de director general de Amazon, una empresa que en 27 años pasó de ser un emprendimiento montado en un garaje para vender libros a una corporación en expansión valorada en 1,8 billones de dólares en la bolsa de Nueva York.

En la hazaña lo acompañaron su hermano Mark, además de la exaviadora Wally Funk y el holandés Oliver Daemenen, que a sus 82 y 18 años de edad, respectivamente, pasan a ser la persona más vieja y la más joven en llegar al espacio.

Turismo espacial

Para vivir experiencias extremas y admirar la Tierra desde arriba (pero muy arriba), los viajes espaciales podrían convertirse en el nuevo regalo de moda. Al menos con un poco más de paciencia y mucho dinero (pero mucho dinero).

Dos empresas se posicionan en el nicho de los viajes cortos al espacio, de unos pocos minutos de estadía: Blue Origin, del multimillonario Jeff Bezos, y Virgin Galactic, del también multimillonario Richard Branson.

En Blue Origin, un cohete es lanzado verticalmente, y la cápsula en la que se encuentran los pasajeros se desprende en vuelo hasta alcanzar los 100 km de altura, antes de volver a caer a la Tierra colgada de tres paracaídas.

Virgin Galactic, por su parte, utiliza un enorme avión de transporte que despega de una pista clásica llevando a otro similar a un gran jet privado, que en determinado punto se suelta y vuela de manera autónoma a velocidad supersónica hasta alcanzar los 80 km de altitud. Luego desciende planeando.

En ambos casos, hasta seis pasajeros pueden desprenderse de sus asientos para flotar en ingravidez y admirar la curvatura de la Tierra.

Virgin Galactic ha anunciado el inicio de sus operaciones comerciales regulares para principios del 2022, después de dos vuelos de prueba finales. La fila, sin embargo, será larga: ya se han vendido 600 billetes en lo que va de su lanzamiento.

En cuanto a Blue Origin, no se anunció un calendario preciso. “Planeamos dos vuelos más este año”, después del realizado el martes en el que iba a bordo el propio Bezos, “y muchos más en el 2022”, dijo una portavoz.

Avance. Richard Branson y su tripulación en gravedad cero. Foto: AFP

El factor Elon Musk en la conquista

A Branson y Bezos se suma Elon Musk, el fundador del fabricante de vehículos eléctricos Tesla y de SpaceX, la firma contratista de la NASA que ya ha enviado astronautas a la Estación Espacial Internacional (EEI) y que hacia fines de este año espera llevar a cabo el primer viaje tripulado con fondos privados al espacio.

El precio del viaje a bordo del cohete Falcon 9, que propulsa la cápsula Dragon, asciende a decenas de millones de dólares.

En enero del 2022, tres empresarios viajarán a la ISS con un astronauta experimentado. La misión, denominada Ax-1, está organizada por la empresa contratista Axiom Space.