Al término de una audiencia general en el Vaticano realizada este miércoles 26 de mayo, el papa Francisco bromeó con un grupo de brasileños y señaló que no tienen salvación por su afición a la cachaza, una bebida alcohólica destilada emblemática en el gigante sudamericano.
“Santo padre, rece por nosotros, brasileños”, le dijo un sacerdote, a lo que el papa respondió con una sonrisa. “Ustedes lo brasileños no tienen salvación. Es mucha cachaza, poca oración”, señaló, según un video divulgado por el portal G1.
Quien le hizo este pedido fue el padre João Paulo Souto Vitor, de Campina Grande (Paraíba noreste), que reaccionó con una risa. Brasil fue el primer país que visitó el pontífice argentino durante la Jornada Mundial de la Juventud que se celebró en Río de Janeiro en 2013.
El papa Francisco estaba sin mascarilla y estrechaba la mano de los fieles que acudían en masa a verlo.
En el mismo evento, Francisco besó el número de detención tatuado en el brazo de una superviviente del Holocausto en un gesto espontáneo de solidaridad.
Lidia Maksymowicz, la polaca de origen bielorruso de 81 años que fue deportada en 1943 al campo de Auschwitz Birkenau cuando aún no tenía 3 años, fue también víctima de los experimentos del criminal de guerra Josef Mengele.
Tras intercambiar algunas palabras, la anciana se arremangó el traje para mostrarle el tatuaje con el número 70072 que los nazis le marcaron al ingresar al campo de concentración. Ante ello, el papa argentino se inclinó para besarlo y la sobreviviente, conmovida, lo abrazó espontáneamente.
“Con el Santo Padre nos entendimos con una mirada, no hicieron falta palabras”, confió tras su encuentro, según contó el portal de noticias del Vaticano.