Los hospitales de Nueva Delhi, en India, se encuentran desesperados por la explosión de casos de coronavirus y reclaman más oxígeno medicinal. En las últimas 24 horas hasta el viernes, se registraron 330.000 nuevos casos de Covid-19 y 2.000 decesos en el país.
El envejecido sistema sanitario indio lleva muchos años subfinanciado y ahora, frente a esta violenta segunda ola de la pandemia, enfrenta una falta de medicamentos y oxígeno que necesitan los enfermos más graves de Covid-19.
India ha registrado casi cuatro millones de casos solo en abril, lo que acabó con la esperanza de principios de año de que había dejado atrás lo peor de la pandemia.
Este repunte exponencial de casos fue atribuido, en parte, a la “doble mutación” del virus y a acontecimientos masivos como el festival religioso Kumbh Mela de Hardiwar, en el estado de Uttarakhand (norte), que atrajo a unos 25 millones de peregrinos hindúes, la mayoría sin mascarilla y sin guardar las distancias de seguridad.
La capital, Nueva Delhi, continúa siendo una de las zonas más golpeadas.
Los hospitales de la ciudad lanzan llamados de socorro diarios al Gobierno local y al nacional para reclamar que les suministren oxígeno.
“SOS, menos de una hora de abastecimiento de oxígeno en el Max Smart Hospital y en el Max Hospital Saket. Esperamos nuevas provisiones (...) Más de 700 pacientes ingresados necesitan asistencia inmediata”, tuiteó el viernes Max Healthcare, una de las mayores cadenas de hospitales privados.
“Suspendemos los ingresos de pacientes en todos nuestros hospitales de la región de Delhi hasta que el abastecimiento de oxígeno se estabilice”, agregó poco después.
Otros hospitales privados de la región llevan días publicando videos con llamados parecidos en las redes sociales.
El jueves por la noche, al menos seis hospitales de la capital se quedaron sin oxígeno. A otros, solo les quedaban reservas suficientes para unas horas.
Récord. India registró por segundo día consecutivo el número más alto de infecciones por coronavirus en el mundo.
Colapso. Los hospitales ya no tienen espacio para recibir pacientes y se teme un derrumbe total del sistema de salud.