El gobierno de Joe Biden enfrenta la dura consecuencia de una crisis migratoria que, pese a la severidad con la que intentó ser detenida, se acrecentó en los últimos quince años.
Solo en marzo, más de 171.000 personas, principalmente ciudadanos centroamericanos, fueron detenidos por agentes de la patrulla fronteriza en el paso entre México y EEUU.
En ese mismo océano de datos destaca también el récord de unos 18.000 menores que llegaron al país sin acompañantes.
Por más crudo que parezca, cada número de esa estadística es una historia que acarrea un pesar o una tragedia, como el caso de las dos niñas ecuatorianas de 3 y 5 años que fueron lanzadas desde una altura de casi 4,2 metros del lado mexicano del muro fronterizo con EEUU, un acto que fue repudiado desde la Casa Blanca y por parte de la comunidad internacional, pero que también pone en evidencia el abuso de los ‘coyotes’ que propician la migración ilegal entre un país y otro.
La crisis migratoria se ha convertido en una problemática que preocupa dentro y fuera de la administración demócrata, que por ahora debe encarar la crítica de los sectores conservadores del país tratando de responsabilizar sobre esta emergencia a las políticas implementadas por la exadministración de Donald Trump.
Según las cifras provisionales presentadas el último viernes por la Oficina de Aduanas y Protección Fronteriza (CBP, por sus siglas en inglés), al cierre del año fiscal 2021 los ingresos en la frontera con México han aumentado un 70% desde enero (78.442), mes en el que llegó Biden al poder.
La patrulla fronteriza ha detenido en la frontera con México a más de 99.000 adultos solos. Ante ello, la gestión demócrata afirmó: “Estamos expulsando a la mayoría de adultos solos y familias. No estamos expulsando a menores no acompañados”.
Los republicanos utilizan esta crisis para aumentar el impacto del golpe al manejo migratorio de Joe Biden. En la última semana los representantes de Texas, John Cornyn y Ted Cruz, y otros 17 políticos más visitaron el centro de detención de la CBP en la ciudad fronteriza de Donna, Texas.