Las 487 personas que accedieron a la vacuna de Sinopharm contra el coronavirus, al margen de los ensayos clínicos correspondientes, ocupa un sinnúmero de portadas en el mundo, como parte de la continuación del escándalo que en Perú ya se conoce como Vacunagate.
“Escándalo en Perú por la administración irregular de vacunas al expresidente Vizcarra, ministros y altos cargos”, tituló el diario español El País el lunes 15 de febrero, cuando se confirmó que la exministra de Salud, Pilar Mazzetti, recibió en secreto la vacuna china contra la COVID-19.
Decenas de altos funcionarios se inmunizaron sin hacerlo público con dosis de Sinopharm que llegaron a Lima en setiembre, añadió el medio ibérico.
El Vacunagate ya es reconocido en países de la región. Foto: captura de pantalla
Las declaraciones del presidente Francisco Sagasti, quien confirmó que hasta 487 personas se vacunaron “extraoficialmente”, fueron reseñadas por el portal argentino Infobae. “Se aprovecharon de su cargo para recibir secretamente la dosis” contra la COVID-19″, tituló.
Sagasti resaltó en un mensaje a la nación, en compañía de la primera ministra Violeta Bermúdez, que este grupo de personas “no tienen cabida en este gobierno”.
Este martes 16 de febrero el periódico La Tercera, de Chile, también citó las palabras del jefe de Estado y calificó como un escándalo lo sucedido con las dosis provenientes de China.
Varios medios divulgaron las palabras de Sagasti sobre el Vacunagate. Foto: captura de pantalla
“Continuaremos trabajando para que las vacunas lleguen en este año del bicentenario”, enfatizó el mandatario.
En el mismo sentido se refirió el canal ruso RT, en su versión en español, en la cual comunicó que el Ministerio de Salud ya abrió una investigación sumaria.
Mencionó también que se trata de una polémica en plena campaña electoral, a menos de dos meses para la realización de las elecciones generales, el próximo 11 de abril.
Mientras que la agencia EFE hizo un análisis de esta nueva crisis en Perú bajo el rótulo de: “El ‘Vacunagate’ exhibe el porqué del rechazo peruano a su clase política”.
“Todo lo que rodea este escándalo aporta argumentos para la profunda crisis de confianza entre el pueblo peruano y sus líderes políticos y desnuda los vicios de una relación en crisis: nepotismo, mentiras, falta de transparencia, aprovechamiento privado del poder público y posibles actos de corrupción en el contexto de una población que sufre y muere a causa de la pandemia y unos políticos que parecen apostar por el sálvese quien pueda”, escribió el periodista Álvaro Mellizo.