El expresidente de Argentina Carlos Saúl Menem murió este domingo 14 de febrero a los 90 años de edad en la Clínica Los Arcos de Buenos Aires, donde permaneció internado durante los últimos dos meses debido a una infección urinaria que empeoró con el paso de los días.
Tras sufrir una falla renal, los médicos le indujeron un estado de coma del que ya no pudo recuperarse. “Lamentablemente acaba de fallecer”, sostuvo la exesposa de Menem y ex primera dama de Argentina, al ser consultada por la agencia de noticias Telam.
La muerte del senador cierra un capítulo en la historia política de Argentina, ya que lideró un Gobierno que consolidó el modelo neoliberal con una serie de privatizaciones que derivaron en escándalos de corrupción e impuso la convertibilidad entre el peso y el dólar.
Aquellos que lo defienden recuerdan los años sin inflación, la inversión en infraestructura y la modernización de los servicios públicos por la vía de las privatizaciones. Los argentinos se convirtieron en turistas de primera clase y los productos importados estaban a la orden del día. “Eran los tiempos de Argentina primer mundo y de relaciones carnales con Estados Unidos”, así lo definió el canciller de entonces, Guido Di Tella.
Sus detractores, en cambio, veían a Menem como el causante del cierre de miles de empresas, niveles de pobreza, desempleo récord y presencia de corrupción en la política.
Raúl Alfonsín, entregando el mando a Carlos Menem en 1989. Foto: Infobae
Menem nació en 1930 en la provincia de La Rioja, en el noroeste argentino. Sus progenitores eran sirios.
Saúl, su padre, había llegado a Argentina buscando un futuro mejor y comenzó a trabajar como vendedor ambulante. En una visita a su familia en Siria conoció a Mohibe, con quien se casó antes de emprender ya juntos el viaje al país.
En la localidad de Anillaco transcurrió la infancia del fallecido expresidente, por el negocio que su padre montó junto a su tío. Cuando la economía familiar empezó a tambalearse, Carlos compaginó la escuela con la ayuda en los quehaceres laborales del padre.
Sobre el final de la secundaria, se produjo su despertar político.
“Fue con el paso del general Perón por La Rioja que descubrí claramente mi vocación”, expresó el expresidente en su autobiografía, publicada en 2018, en la que concretó que “la voz, las expresiones de Perón y la movilización popular” le cautivaron.
Tras titularse en abogacía, sus primeras actividades profesionales estuvieron destinadas a la defensa de presos políticos luego del golpe de Estado que sufrió Perón en 1955, lo que incluso le llevó a ser detenido por primera vez.
En 1964, durante un viaje a Siria, concretó una visita para conocer al viejo líder en su exilio en Madrid, y en Damasco conoció a Zulema, su futura esposa, también hija de inmigrantes sirios en Argentina. Se casaron en 1966.
Juntos tuvieron a Carlitos, que murió mientras volaba en un helicóptero en 1995, suceso aún bajo investigación, y Zulemita, quien se encargó de acompañar a su padre públicamente hasta sus últimos días e incluso ejerció de primera dama cuando, ya como mandatario, Menem se separó de su esposa.
En las elecciones de 1973, tras terminar la proscripción del peronismo, el riojano fue elegido gobernador de su provincia, hasta que con el golpe militar de 1976 fue encarcelado durante cinco años.
Fruto de una relación extramatrimonial tuvo a su tercer hijo, Carlos Nair.
En 1983, con el retorno de la democracia, el peronismo entró en crisis al no lograr volver a la Casa Rosada, pero Menem ganó de nuevo en La Rioja y fue reelegido en 1987, lo que posicionó su nombre en todo el país.
Es así que, con sus icónicas patillas, decidió postularse a la Presidencia y con el ‘Menemóvil’ recorrió Argentina junto a su candidato a vicepresidente, Eduardo Duhalde. Ganaron las primarias del partido y los comicios de 1989.
veían a Menem como el causante del cierre de miles de empresas, niveles de pobreza, desempleo récord y presencia de corrupción en la política. Foto: Infobae
Con información de EFE