El presidente Donald Trump tiene la intención de nominar este sábado a Amy Coney Barret como la próxima jueza de la Corte Suprema de Estados Unidos y así llenar la vacante que dejó Ruth Bader Ginsburg, símbolo feminista y progresista del máximo tribunal judicial, según ha informado CNN.
La candidata deberá contar con la aprobación del Senado, pero el Partido Republicano ya adelantó que cuenta con los 51 votos necesarios para hacerlo. Este sería el tercer nombramiento del presidente de EE. UU., con lo que lograría obtener una mayoría conservadora en el máximo tribunal.
La tendencia podría mantenerse durante una generación, pues los cargos en la Corte Suprema son vitalicios y los tres jueces que ha nombrado Trump tienen alrededor de 50 años.
La jueza de 48 años fue designada por el presidente para la Corte de Apelaciones del Séptimo Circuito de Chicago en el 2017. Además, es conocida por sus opiniones religiosas y en contra del aborto. Sobre su profesión ha dicho: “La carrera legal no es más que un medio para un fin... y ese fin es la construcción del reino de Dios”.
Amy Coney Barret también se ha mostrado en contra de la ley de salud pública del país, introducida por el expresidente Barack Obama. Este tema tiene una especial importancia, porque el máximo tribunal celebrará una audiencia acerca de esto en noviembre, poco después de las elecciones presidenciales.
La designación se llevará a cabo en medio de la polémica por la ética de la decisión. El Partido Demócrata no está favor de que se realice la elección, pues recordaron que en el 2016 sus contrapartes evitaron que Obama nombrara a Merrick Garland para ocupar el puesto de Antonin Scalia tras su muerte.
En ese momento, los republicanos argumentaron que como era un año electoral, el próximo presidente debía ser el que nominara al nuevo al juez de la corte. Sin embargo, ahora están en contra, pues aseguran que la situación es diferente.