Alemania ofrece desde este sábado 1 de agosto test gratuitos a los viajeros que regresan del extranjero, unas pruebas que serán obligatorias a partir del lunes para quienes proceden de regiones de riesgo, a fin de evitar la cuarentena.
El ministro de Sanidad, Jens Spahn, defiende la gratuidad de esas pruebas pese a las críticas de quienes consideran que deberían ser a cuenta de cada viajero para no sobrecargar a la sanidad pública.
En la mayoría de los aeropuertos internacionales del país ya se han establecido los equipos necesarios para proceder a esos test, mientras que en el resto —como en uno de los dos aeropuertos de Berlín, el de Schönefeld— se espera que funcionen la próxima semana.
El propósito de Spahn es que aquellos viajeros que proceden de regiones de riesgo se sometan de inmediato en el aeropuerto a las pruebas, como alternativa a la hasta ahora preceptiva cuarentena domiciliaria, cuyo cumplimiento se ha revelado difícil de comprobar.
Los procedentes de zonas no incluidas en ese listado disponen de 72 horas para acudir voluntariamente a consultas médicas u otros centros, donde igualmente se les practicará de forma gratuita.
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Entre las zonas de riesgo se encuentran desde ayer tres regiones españolas —Cataluña, Navarra y Aragón— además de Luxemburgo, único país de la Unión Europea (UE) que ya estaba incluido en la lista del Robert Koch Institut (RKI). El resto son terceros países de los Balcanes, así como Turquía, Estados Unidos, prácticamente toda América Latina y amplias zonas de África y Asia.
El Ministerio de Asuntos Exteriores alemán emitió asimismo ayer una advertencia contra los viajes a esos destinos españoles. El Gobierno alemán se basa en las indicaciones del RKI, competente en la materia en el país, para incluir sus recomendaciones en la información a sus viajeros.