Autoridades regionales del puerto de Acapulco en México cavaron 300 tumbas que serán entregadas gratuitamente a las familias de fallecidos por coronavirus en extrema pobreza.
“Esto no es una fosa común”, dijo Gerardo Sánchez, titular de la Dirección de Panteones de la alcaldía de Acapulco.
PUEDES VER: Brasil: madre e hija separadas por un cristal ante confinamiento en hospital por la COVID-19
“Son espacios individuales dispuestos por el gobierno municipal para sepultar a las víctimas de la pandemia y cuyos deudos carezcan de recursos económicos para contratar cremaciones o servicios funerarios especiales”, añadió Sánchez.
El Gobierno recomendó a las autoridades regionales prepararse para un número mayor de muertes por la pandemia.
Información de medios mexicanos señalan que el puerto de Acapulco es uno de los lugares con una alta tasa de pacientes infectados por COVID-19. Las camas de terapia intensiva con respiradores artificiales han sido copadas ante los pocos hospitales que tiene el puerto, informó DigitalAllPost.
“Hay que tener mucho cuidado porque lo que se ve aquí (es) que a diario (...) entran cuerpos y cuerpos. Hay que tomar precauciones los que salgan a la calle, y si no hay que salir, pues no hay que salir, porque la verdad es que sí que está complicado”, relató Marco Rodríguez, sepulturero del lugar.
Las tumbas del cementerio El Palmar de Acapulco, situado a 378 km de la capital mexicana, no son las únicas cavadas por autoridades regionales. El gobierno federal recomendó prepararse para un número mayor de muertes por la pandemia. Además, les solicitaron buscar nuevos lugares para enterrar a las personas que perdieron la batalla contra la enfermedad.
Otra de las regiones con un número alto de contagiados es Guadalajara. Los responsables del municipio mexicano han establecido espacios para inhumar los cadáveres por el nuevo coronavirus.
En el cementerio de Acapulco, miembros del personal municipal preparados con trajes de protección comenzaron la excavación de las primeras 70 tumbas. Los actos fúnebres fueron prohibidos en el país y solo dos personas podrán acompañar a su familiar, como una forma de frenar la expansión de la COVID-19.