La Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO) ha ratificado su lucha frontal con los gobiernos de África para frenar un nuevo repunte de la plaga de langostas del desierto en su territorio oriental del continente, pese a las dificultades de circulación debido a la pandemia del coronavirus (COVID-19).
La langosta del desierto es considerada la plaga migratoria más peligrosa del planeta. Un solo enjambre puede llegar a cubrir un Km2 con 80 millones de ejemplares. Durante la temporada de lluvias en marzo, se estima que esta cantidad podría multiplicarse al menos por veinte en África si no se contiene a tiempo.
En este sentido, el organismo especializado de la ONU ha ratificado que mantiene en pie sus lineamientos de control de cultivos gracias a una constante coordinación con las autoridades africanas. El objetivo es sortear las restricciones de tránsito de personal y logística plaguicida a causa del COVID-19.
langostas
Actualmente, la plaga mantiene en vilo a los agricultores de Etiopía, Kenya y Somalia, donde se configura como una mortal amenaza casi sin precedentes para la seguridad alimentaria y los medios de vida debido a que las lluvias estacionarias podrían provocar una densa nube de langostas que migrarían hacia Sudán del Sur y Uganda.
“El mayor reto al que nos enfrentamos en este momento es el suministro de plaguicidas y tenemos retrasos porque el transporte aéreo mundial se ha visto reducido en forma considerable”, precisó Cyril Ferrand, Jefe del equipo de resiliencia de la FAO para África oriental.
langostas
En efecto, la lucha contra el coronavirus en África ha retrasado el suministro de pulverizadores motorizados y plaguicidas, pese a que la FAO contiúa con la capacitación de más de 700 agentes responsables hasta el momento de tratar más de 240 000 hectáreas con plaguicidas químicos o bioplaguicidas.
“Nuestra prioridad absoluta es evitar que se produzca un colapso de las existencias de plaguicidas en los países. Eso sería desastroso para las poblaciones rurales cuyos medios de vida y seguridad alimentaria dependen del éxito de nuestra campaña de control”, agrega Ferrand. “Aunque el confinamiento se está imponiendo, las personas que participan en la lucha contra el brote pueden todavía llevar a cabo las operaciones de vigilancia y control a nivel aéreo y terrestre”.
Son seis los países de África oriental más afectados o en situación de riesgo por el azote de las langostas: Etiopía, Kenya, Somalia, Sudán del Sur, Uganda y Tanzania. La situación también es preocupante en la República Islámica de Irán y el Yemen, donde está surgiendo una nueva generación de estos insectos.
*Puede conocer el reporte completo de la FAO a través de este enlace http://www.fao.org/resilience/noticias-eventos/historia-detalle/es/c/1270556/