Pandillas y grupos criminales de Latinoamérica han dispuesto restricciones para cumplir la cuarentena en sus zonas de influencia frente a la amenaza del nuevo coronavirus en la región.
El analista político Arturo Viloria señaló a RT en Español que “esta situación no es nueva”. Explicó que este fenómeno sucede debido a que hay poblaciones que “han sido abandonadas durante décadas” por los Estados.
Por ejemplo, en Brasil, mientras el presidente Jair Bolsonaro mantuvo una postura flexible frente al COVID-19 y ha minimizado el impacto de la pandemia, diferentes grupos criminales dispusieron la cuarentena en las principales favelas de Río de Janeiro, medida que no fue adoptada por el Gobierno.
En Río de Janeiro, cerca de 1.4 millones de personas residen en favelas, es decir, el 22.03 % de habitantes de la ciudad. La mayoría comparte pequeñas residencias entre cuatro y cinco personas, lo que propagaría rápidamente la enfermedad entre sus pobladores.
En El Salvador, organizaciones delictivas como la Mara Salvatrucha y Barrio 18 prohibieron a los habitantes permanecer en espacios públicos. Quienes no respeten esta disposición, se arriesgan a recibir castigos físicos, como “golpes y lesiones en general”, según el medio citado.
Una situación similar ocurre en el departamento de Nariño, Colombia, donde grupos armados declararon “objetivo militar” a cualquiera que viole la cuarentena nacional, estipulada hasta el 26 de abril.
En Guatemala, los delincuentes que solían financiarse extorsionando a transportistas, avisaron que “más adelante cobrarían ese dinero pendiente, pese a que ahora la actividad está paralizada tras aplicarse las medidas restrictivas de cuarentena en ese país.