El ministro de Salud de Nueva Zelanda, David Clark, protagonizó un irresponsable acto. Ignorando la cuarentena por la pandemia del COVID-19 decidió salir de paseo junto a su familia a una playa de su localidad. Tras ser descubierto, confesó su culpabilidad en una rueda de prensa y renunció.
El caso del país oceánico se produjo el último fin de semana. El funcionario viajó alrededor de 20 kilómetros hasta la playa Doctor Point en su vehículo junto a su familia para experimentar una paradisíaca jornada siendo consciente que rompía las reglas del aislamiento obligatorio.
Cuando su imprudencia fue puesta en conocimiento del primer ministro de Nueva Zelanda, Jacinda Ardern, el titular de la cartera de Salud no tuvo más opción que aceptarlo. “Como ministro de Salud, es mi responsabilidad no solo cumplir las reglas sino dar ejemplo a otros neozelandeses”, enfatizó.
“En este momento, estamos pidiendo a los neozelandeses hacer sacrificios históricos y les he decepcionado. Soy un idiota, entiendo que la gente esté enojada conmigo”, complementó.
El primer ministro, sin embargo, determinó no aceptar su dimisión. “No nos podemos permitir (exponernos a) un gran trastorno de nuestro sistema de salud o de nuestra respuesta (ante la pandemia). Por esa razón, y solo por esa razón, Clark mantendrá su cargo. Pero tendrá que pagar un precio. Rompió las reglas”, argumentó.
El gobierno de Nueva Zelanda, a pesar de los reducidos números de contagios (9) y muertes (1) por el COVID-19 respecto a otros países, optó por implantar el aislamiento obligatorio el último 25 de marzo. El mismo que David Clark, ministro de Salud, intentó burlar saliendo de su casa.