El presidente de Nicaragua, Daniel Ortega, lleva casi un mes sin aparecer en público en medio de la pandemia del coronavirus, que en su país es enfrentado de una manera particular.
Este lunes 6 de abril Ortega suma 25 días sin ser visto, contrario al resto de líderes latinoamericanos, que en su mayoría ofrecen conferencias de prensa o alocuciones televisivas diariamente.
El 12 de marzo Ortega participó en una reunión telemática del Sistema de Integración Centromaericana junto a otros dirigentes de la región. Desde entonces no se pronuncia.
El coronavirus se ha expandido por el mundo
Es la vicepresidenta, su esposa Rosario Murillo, quien tomó la vocería del Gobierno nicaragüense sobre el virus SARS-CoV-2, causante de la enfermedad COVID-19.
Al mediodía Murillo emite sus sesiones informativas diarias, en los que toca toda una serie de temas. El sábado, cuando ya la zozobra y los rumores estaban en ascenso, se refirió al tópico.
La vicepresidenta sostuvo que Ortega estaba “aquí, trabajando, dirigiendo, coordinando todos los esfuerzos”.
El mandatario de Nicaragua, de 74 años, suele pasar varias semanas sin aparecer en actos públicos o dar declaraciones a los medios, sin embargo, esta vez su ausencia es sorpresiva.
No solo porque Nicaragua, al igual que la comunidad internacional, se enfrenta a la pandemia del coronavirus, sino porque recientemente se le rindió honores a un exaliado de Ortega durante su época guerrillera.
El viernes 3 de abril la Asamblea Nacional homenajeó de manera póstuma al diputado Jacinto Suárez, un histórico miembro del sandinismo y una de las personas más cercanas al presidente.
En los años setenta Ortega y Suárez compartieron cárcel, lo cual los unió para siempre. Empero aún así no acudió al evento honorario.
Que el jefe de Estado nicaragüense no haya hecho acto de presencia hasta ahora avivó toda una serie de comentarios, especialmente en redes sociales, donde incluso escribió un eurodiputado.
José Ramón Bauzá, del partido español Ciudadanos y férreo detractor del sandinista, enfatizó: “Hay rumores sobre la posible muerte de Daniel Ortega, dictador de Nicaragua”.
Mientras tanto Nicaragua mantiene las escuelas públicas abiertas, al igual que las fronteras, y convoca manifestaciones, a pesar de que no recomiendan aglomeraciones para evitar el brote del coronavirus.
Oficialmente hay seis contagiados y uno muerto por COVID-19 en Nicaragua.