Se les conoce coloquialmente como “Sanitas”. Sobre estas toallas desechables, los médicos del Hospital General del Sur, en Puebla, escriben la lista de medicamentos que los usuarios deberán adquirir para sus familiares internados en el nosocomio. A falta de papel para escribir dichas recetas, han llegado incluso a utilizar papel reciclado.
La señora Virginia del Rosario es uno de los casos emblemáticos que afecta la escasez de materiales. Se encuentra ahí desde el pasado 30 de diciembre, a causa del internamiento de su hija, quien afronta la amenaza de un embarazo de alto riesgo. Desde entonces, la señora recibe estas “Sanitas” -toallas destinadas a limpiar las manos- con la lista de insumos requeridos para tratar a la paciente internada.
En toallas de papel, escriben las recetas médicas en Hospital de Puebla
La señora Virginia también declaró acerca de las condiciones del hospital, la cuales aseguró que no son las más adecuadas. “Existe escasez de insumos clínicos, tales como libretas para prescripciones médicas, material básico de curación, medicamentos, sondas, mascarillas, entre otros. No es el único hospital poblano que atraviesa la misma situación de precariedad” asegura.
Según cuenta la usuaria, originaria del municipio Rafael Lara Grajales, cuando su hija empezó a sentirse mal la llevaron a la clínica de dicha localidad. Sin embargo, tuvieron que dirigirse a otra unidad, debido a la falta de medicamentos y de personal especializado.
El centro de salud más cercano en aquel momento era el Hospital Integral San José Chiapas, pero “ahí no hay nada”, afirma. La siguiente opción fue el Hospital General de Libres. Desde su ingreso, la familia tuvo que correr con los gastos del material médico.
En toallas de papel, escriben las recetas médicas en Hospital de Puebla
Dada la gravedad del caso, el personal médico sugirió llevar a la gestante a un hospital de la capital poblana. La familia optó por el Hospital General del Sur. Según recuerda doña Virginia, el traslado les costó 600 pesos.
“Como era 30 de diciembre, no había presupuesto para las ambulancias, entonces, el chofer habló conmigo y me dijo: señora, yo le llevo a su paciente, pero sí requiero que me apoye con la gasolina. Con tal de que me atendieran a mi hija le dimos para la ambulancia los 600 pesos”, comentó.
En el Hospital General del Sur, por desgracia, la historia fue la misma. Desde los insumos más básicos hasta los más especializados corrieron a cuenta de la familia.
En toallas de papel, escriben las recetas médicas en Hospital de Puebla
La hija de la señora Virginia fue dada finalmente de alta. La bebé, en cambio, permanece internada y, hasta la fecha, la joven madre no ha podido tomar el recomendado reposo de 40 días después del parto, dado que es la única persona permitida de tener contacto con la recién nacida.
Durante el periodo de recuperación de la bebé, los medicamentos necesarios para no comprometer su salud seguirán siendo financiados por la familia de la madre. Y la familia, además, seguirá entregando las copias solicitadas de la póliza del Seguro Popular, pese a que dicho documento no cuenta ya con validez en el nuevo sistema de salud INSABI (Instituto de Salud para el Bienestar).