Desgarrador. En octubre de 2019, las organizaciones Cruelty Free International (CFI) y Soko publicaron un video en el que mostraban las crueles prácticas de maltrato animal al interior del Laboratorio de Farmacología y Toxicología (LPT, por sus siglas en inglés) en Mienenbuttel, Hamburgo (Alemania).
Después de tres meses, las autoridades de Alemania han informado que el lugar se cerrará en febrero. En las desgarradoras imágenes se vio a varios monos macacos retorciéndose de dolor mientras alrededor de sus cuellos, los fríos arneses de metal los ahorcan e inmovilizan.
Un perro en medio de un charco de sangre complementa la terrorífica escena en que un activista reveló que los animales tenían tuberías forzadas en sus gargantas por donde se les administraba cápsulas y sangraban después de los experimentos.
Los activistas no se quedaron con los brazos cruzados e interpusieron una demanda en defensa de los derechos de los animales. La fiscalía de Stade, una ciudad al norte del país, abrió una investigación en contra del laboratorio, debido a presuntas violaciones contra las leyes de protección ambiental.
La directora de asuntos públicos del CFI, Kerry Posttlewhite, expresó que se trataba de una victoria para los activistas que marcharon en contra del maltrato animal, ya que “el nivel de crueldad hacia esas especies y las violaciones legales descubiertas por nuestra investigación es algo completamente inaceptable”.
El laboratorio alemán donde se grabó a monos chillando, perros ensangrentados en jaulas y gatos con 13 extracciones de sangre. Foto: Captura
La asociación hizo ingresar a un activista encubierto al laboratorio desde diciembre de 2018 hasta abril de 2019. Él se encargó de recopilar las pruebas que se realizaban a los perros, monos, gatos y conejos en deplorables condiciones.
“Infiltramos a uno de nuestros miembros durante cuatro meses como trabajador en el laboratorio y grabó las imágenes. Hay gatos a los que se les sacaba sangre 13 veces por día. La gente tiene derecho a saber lo que ocurre en esos laboratorios”, narró Friedrich Mulln, uno de los fundadores de Soko al diario español El País.