Una de las figuras más vistosas y conocidas que se forman en el cielo corresponden a la constelación de Orión. Pero en los últimos tiempos ha lucido diferente, y se debe a que Betelgeuse, que solía ser la estrella más brillante, se debilita cada vez más.
Tras décadas de observación (desde 1980), un equipo de científicos de la Universidad de Villanova (Filadelfia, EE. UU.) publicó el pasado 8 de diciembre un artículo titulado “El desmayo de la supergigante roja cercana Betelgeuse”. En este estudio, verificaron una considerable reducción en la magnitud de su brillo.
Betelgeuse solía ser la más brillante de la constelación Orión y la novena más potente en el cielo. Ahora pasa casi desapercibida.
En declaraciones a CNN, Ed Guinan, autor principal y profesor de Astronomía, precisó que el brillo de Betelgeuse ha disminuido bruscamente desde octubre, por lo que ahora es 2,5 veces más débil de lo normal.
De hecho, en 50 años que se ha observado a la estrella, nunca se había registrado un debilitamiento tan agresivo. Si bien podría esperarse que solo sea una fase de su existencia, los astrónomos manejan otra posibilidad: la estrella está a punto de explotar como una supernova.
Cuando una estrella masiva (mayor a 10 veces la masa del Sol) está en su fase de supergigante roja -como en el caso de Betelgeuse- fusiona helio. Pero cuando este gas se agota, la estrella cede ante la presión interior de su núcleo y se contrae hasta colapsar. En ese punto se produce una explosión conocida como supernova, el tipo de evento más espectacular del Universo.
Imagen en rayos X de la supernova Casiopeia, que muestra los escombros de la estrella explotada en una nube en expansión. Crédito: NASA.
La enorme Betelgeuse tiene un radio que es 1400 veces más grande que el del Sol y una masa 11 veces mayor que la de nuestro astro. Está ubicada a unos 700 años luz de la Tierra.
La posibilidad de que estalle pronto está reforzada por algo innegable, su edad. Según Guinan, la ‘esperanza de vida’ de este tipo de estrellas no suele ser mayor a 10 millones de años. Betelgeuse, por su parte, ya tiene más de 9 millones de años. Por ello es la candidata más cercana a supernova.
Cuando explote, será tan brillante que podrá verse incluso en el día. Será un verdadero espectáculo de luces: pasará de su rojo intenso a un potente azul que durará cuatro o cinco meses, luego demorará hasta un año en desvanecerse en el cielo.
Afortunadamente, la Tierra está fuera de la zona de peligro de la eventual supernova de Betelgeuse. Esta área abarca 50 años luz a su alrededor.
Pero los científicos aún aguardan una reacción de la estrella. Dado que tiene ciclos de brillo de 420 días (se atenúa y se ilumina en cada período), su reciente periodo de debilitamiento debería finalizar a mediados de enero. Sin embargo, la reducción de su brillo se ha acelerado demasiado en los últimos años, algo que le otorga un pronóstico sombrío.
La imagen más detallada de Betelgeuse obtenida desde la Tierra. Crédito: ESO.
Después de la explosión de supernova, aún quedará su núcleo desnudo, el cual podría tener dos posibles destinos. En cualquiera de los casos, se convertirán en uno de los objetos más extremos del Universo.
Si los neutrones del núcleo, que se desplazan sin rumbo, logran separar la materia en partículas fundamentales, detendrán el colapso por la gravedad. De esta manera, se convertirá en una estrella de neutrones, un cuerpo denso que posee un potente campo mangético y que pueden rotar a grandes velocidades.
Pero si el núcleo que sobrevivió a la explosión conserva una masa superior a tres soles, no podrá detener su colapso gravitacional. Se contraerá hasta un tamaño tan ínfimo que no podrá soportar su propio ‘peso’. Así se convertirá en un agujero negro, un objeto extremadamente denso que atrapa todo lo que se aproxime lo suficiente, incluyendo la luz.
Representación de un agujero negro. Crédito: NASA