Una joven madre arrojó el cuerpo de su bebé recién nacido a un río fronterizo con Estados Unidos al pensar que había sufrido un aborto espontáneo el pasado 19 de diciembre.
La mujer identificada como “Jessica” de 23 años declaró a las autoridades de Nuevo Laredo, México, que se encontraba en su casa que comparte con su familia cuando comenzó a tener contracciones y fue al baño.
En la habitación dio a luz y al ver a la niña llena de sangre pensó que estaba muerta. La envolvió en una bolsa de plástico para lanzarla al río Bravo, ubicado cerca de su hogar en la colonia Roma.
Según contó la madre, tras alumbrar a la pequeña no dejaba de sangrar y decidió acudir al Hospital Civil donde recibió atención médica.
Según señaló, les dijo a los galenos que estaba sangrando porque se trataba de su menstruación. Sin embargo, el sangrado era tan abundante que los médicos no tardaron en darse cuenta de que en realidad parecía que había tenido un aborto.
Ante el interrogatorio de los doctores, la mujer reveló que había lanzado el cuerpo de su hija recién nacida al río pensando que estaba muerta.
Personal de Servicios Periciales acudió al lugar donde Jessica había dejado a la niña, quien ya había fallecido.
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Los efectivos policiales de Nuevo Laredo, Taumalipas, detuvieron a la mujer e iniciaron una investigación para determinar su grado de responsabilidad en la muerte de la menor.
Una autopsia realizada al pequeño cuerpo reveló que la niña nació viva. Ahora la mujer se encuentra en recuperación y a la espera de saber su situación legal, según detalla El Universal.