En vísperas de Navidad, el expresidente de Bolivia, Evo Morales, se pronunció sobre sus “movimientos sociales para recuperar la democracia”, y culpó a Jeanine Áñez de las muertes civiles en el país.
Refugiado en Buenos Aires, Morales apuntó que “no habrá Nochebuena si falta un padre, una madre o hijos, por haber sido asesinados por el gobierno de facto de Áñez”, mandataria interina de Bolivia.
“No habrá paz ni amor mientras no retorne la libertad y democracia, ni Navidad con asilados y perseguidos. Un abrazo a las familias de nuestra Patria”, continuó Morales, quien dimitió el 10 de noviembre, en medio de una convulsión social y denuncias de fraude electoral.
El exmandatario también rechazó el ingreso de Bolivia al Grupo de Lima, por considerarlo “un regreso al pasado” y la pérdida de la identidad boliviana.
“Estar en el Grupo de Lima es estar sometido a las políticas de Estados Unidos, por lo tanto del FMI. Es volver al pasado en Bolivia, es perder nuestra soberanía e independencia del Estado y perder la dignidad e identidad del pueblo boliviano”, dijo.
Además, en una entrevista con la agencia AFP, aseguró que mantiene una febril agenda política, con visitas desde su país y simpatizantes argentinos que acuden por consejos, mientras prepara una gran convocatoria partidaria a mediados de enero que elegirá al candidato presidencial para las elecciones de 2020.
“La Navidad es una fiesta de confraternidad, encontrar vías de reconciliación es el mejor homenaje a Jesús que luchó por los más pobres”, opinó Evo Morales.
En diálogo con la AFP, Morales también ratificó que fue víctima de un golpe de estado “nacional e internacional”.
Morales aceptó el asilo político que le ofreció México tras renunciar a la presidencia de Bolivia en medio de una crisis postelectoral.
Evo Morales llegó a México el 12 de noviembre, pero el 6 de diciembre dejó el país para una breve estancia en Cuba antes de asilarse en Argentina.