Polonia ha ganado terreno como potencia de la educación mundial debido a sus excelentes cifras en la Evaluación de Estudiantes (Pruebas PISA).
En la del 2019, el país europeo se ubicó entre los 10 mejores gracias a sus buenos índices en comprensión lectora, matemáticas y ciencia, informa BBC.
Los escolares polacos obtuvieron relativamente 100 puntos de diferencia sobre los brasileños en lectura: 512 contra 413, y en cuanto a los números, tienen una ventaja de 129 unidades.
Estas evaluaciones realizadas por la Organización para la Cooperación y Desarrollo Económico, sondea las capacidades de los alumnos en más de 79 países, y para la entidad, el florecimiento de Polonia como potencia en educación es sorprendente dado que hace unas décadas atrás, era un país con un sistema mediocre.
Debido a un pasado de pobreza y baja tasa de vida que dejaron la Segunda Guerra Mundial y la invasión comunista, la sociedad polaca estuvo sumida en una crisis socioeconómica.
‘’Después del derrocamiento del comunismo, en 1989, la hiperinflación entró en escena y dominó al país. Las estanterías de los supermercados estaban vacías, y las madres no conseguían encontrar leche para sus hijos’’, cuenta Amanda Ripley, escritora de Los niños más inteligentes del mundo.
Tras la inclusión de Polonia a la Unión Europea desde el 2010, y una serie de reformas políticas que impulsaron el libre mercado, la calidad de vida fue mejorando, ya que estaba en el último lugar de los países desarrollados.
El sistema educativo polaco instaló una política denominada ‘’terapia de choque’’ para repotenciar a sus alumnos.
El nuevo currículo escolar fue más riguroso, pero tenía menos temas para abordar, por lo que los colegios tuvieron libre albedrío para escoger los textos a los que acudirían.
Además, exigieron a los docentes volver a sus estudios para que perfeccionen su cátedra, por lo que procedieron a invertir más en su formación y, por ende, recibieron una mejor remuneración.
‘’La idea no era solo lograr que los alumnos acertaran en las respuestas correctas, sino queríamos que ellos pensaran estratégicamente y queríamos saber cómo entendían los problemas’’, explica al diario citado Janusz Wolosz, consejero de la embajada de Polonia en Reino Unido.
Con la reforma educativa, se construyeron 4 mil escuelas en Polonia, y se exigió una mayor responsabilidad por los resultados y autonomía de los métodos de enseñanza. Con el paso del tiempo, los puntos en las Pruebas PISA incrementaron.
“Fue como si los polacos de alguna forma habían metido dentro de su cerebro casi tres cuartos de un año lectivo de aprendizaje adicional. En menos de una década, los alumnos habían pasado de un desempeño inferior al promedio del mundo desarrollado a una calificación superior al promedio”, sentencia la escritora Amanda Ripley.