La diputada al Parlamento de Venezuela, Delsa Solórzano, denunció que un efectivo de la Guardia Nacional Bolivariana (GNB, policía militarizada) “torturó brutalmente” a un joven de 11 años de edad en el municipio Freites, estado Anzoátegui.
“El mundo debe saber de lo que son capaces los sátrapas venezolanos”, alertó Solórzano en un mensaje en Twitter, en el cual adjuntó un video en el cual el joven relata los vejámenes que sufrió el sábado en la zona de San Tomé, a manos de un presunto teniente de apellido Arellano.
"El teniente Arellano me metió la cabeza en un tobo con agua con las manos en la espalda, me electrocutó, me agarró por la cabeza y me metió unas cachetadas durísimo que me caí al piso", narró el niño visiblemente afectado.
En el video también se muestra cómo quedaron sus orejas enrojecidas y luego el menor añadió: “Me empezaron a pegar la cabeza contra la pared y me amenazaron que si les decía a mis papás se iba a ser el muñeco de mis pesadillas”.
Versiones citadas por el medio local El Pitazo arrojan que el niño junto a otro infante robaron dos ovejas del pesebre del Centro de Formación de la GNB en la localidad y por eso actuaron en represalia.
Por WhatsApp circuló una nota de voz del otro niño, en la cual ofreció una declaración similar: “Nos agarraron a cachetadas y nos tiraron para el suelo y a Ricardo lo electrocutaron y nos ahogaron y nos dijeron que si sentía la muerte”.
El caso ya está en manos del Consejo de Protección del municipio Freites conjuntamente con la Fiscalía octava, comunicó la defensa Yoylka Freites. Hasta el momento no hay una versión oficial de los hechos y se desconoce si han abierto una investigación ante las instancias militares de Venezuela.
Entretanto, Solórzano anunció que la oposición llevará “este caso hasta las últimas consecuencias”.
En su informe sobre la crisis en Venezuela la alta comisionada de las Naciones Unidas para los Derechos Humanos, Michelle Bachelet, ya había advertido de torturas y “tratos inhumanos como descargas eléctricas, asfixia, golpizas y violencia sexual para obtener confesiones” por parte de las fuerzas del Estado.